Elena Boggan

La vida también tiene marquesinas

Para Elena Boggan es una suerte poder congratularse con que la gente de su ciudad, los chivilcoyanos, la reconozcan como la actriz, o la directora de teatro Elena Boggan. Aceptan que ése es su trabajo. Ser actriz o directora. De teatro. Y de teatro del interior. Con todo lo que ello implica, según Elena: "no tenemos ropa, no figuramos en ninguna marquesina, no salimos en televisión. Pero aquí estamos, haciendo teatro. Nos gusta y seguimos con el mismo entusiasmo de siempre. Con el único -e impagable- reconocimiento, de que alguien, más allá de los aplausos, te encuentre por la calle y te diga, te ví y me gustó lo que hiciste.

Desde 1964, cuando ingresó a El Chasqui, con actuaciones importantes, que -según sus palabras- le produjeron un placer sobrehumano al hacerlas, y de las que con seguridad, rescata el personaje de Blanche, en "Un tranvía llamado deseo", que fue como tocar el cielo con las manos.

Es imposible hablar con Elena y no recordar dos ausencias definitivas e importantes para ella y para el teatro de Chivilcoy, como Teo Calderón y Horacio Cerani.

Tampoco se pueden obviar las etapas que fueron haciendo de ella una actriz insoslayable al hablar de El Chasqui, o al hablar del teatro chivilcoyano, sus comienzos en donde se aferró a las tablas de forma visceral y emotiva. Y después, con los años y la investigación teatral, el leer y analizar sus reacciones y emociones en cada papel que realizaba, racionalizando y tomando conciencia de la elaboración de los roles a interpretar, fue logrando ese crecimiento que la depositó en la madurez actual. Como actriz y como persona.

El teatro le da otra vuelta de tuerca a la realidad, para transformarla en un hecho creativo, define.

Se considera una actriz dramática. De hecho ha interpretado clásicos como Ibsen, Tenesse Willians. Pero todos los géneros la tuvieron como protagonista, hasta hizo de vedette en ¿Qué pito tocamos? Reconoce que no hay nada peor para un actor que el encasillamiento en determinados personajes o géneros.

Elena del Carmen Boggan, indudablemente pertenece -y es figura emblemática- de una generación de artistas chivilcoyanos que a fuerza de vocación, empeño y condiciones, se ha ganado un lugar insoslayable en la historia del teatro lugareño.