Opinión
El peor de los cepos, el cepo a la educación
Prof. José Luis Orihuela Conde (Coalición Cívica Ari Chivilcoy – Juntos por el Cambio)Todos los días nos levantamos y leemos o escuchamos hablar del cepo al dólar, pero hay un cepo de peores características y es el cepo a la educación. Todos estuvimos de acuerdo que una cuarentena temprana iba ayudarnos a preparar el sistema de salud, a expensas de perder algunos derechos, como la libertad o la educación.
Toda la comunidad educativa actuó en consecuencia para poder continuar con las clases, así sea virtuales. Los profesores de golpe y porrazo tuvieron que empezar a utilizar herramientas que nunca habían sido capacitados, los padres también tuvieron que hacer de maestras y profesores, los alumnos se tuvieron que adaptar a esta nueva forma de ir a clases. Pero todo esto es el mundo ideal, en un país bordeando el 50% de pobreza, y más, tenemos generaciones de padres que nunca recibieron una buena educación para poder asistir a sus hijos, que no tienen una computadora, con suerte un teléfono para toda la familia, y que inclusive ni siquiera tienen Internet, o más grave aún, no tienen para comer.
Esos chicos son nuestros futuros ciudadanos, y esa diferencia entre unos y otros nos perjudica como sociedad. Esos niños son parte de una generación que necesitamos se desarrolle positivamente y en un futuro cercano ser ciudadanos, con todos sus derechos y obligaciones. Debemos asegurarles a todos los niños ser parte integral de nuestra sociedad, y eso se logra torciendo las desigualdades existentes y finalizando con esa diferencia que condena, que desmerece y que estigmatiza a muchísimos niños argentinos.
Ya se han perdido una gran cantidad de años con las diferencias existentes entre nuestros niños y no podemos seguir perdiéndolos. Resulta shockeante ver y escuchar al Ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, hablar de “ellos” y “nosotros” al momento de no aprobar el protocolo para que vuelvan las clases en CABA a los chicos más vulnerables, aquellos que no tienen lo necesario para estudiar en sus casas. Mientras que a los gremios les parece que si solo esos alumnos van a clases es “discriminarlos”. Discriminar es lo que justamente está pasando ahora al negarles su derecho a la educación.
Desde la Coalición Cívica Ari siempre bregamos por nuestros chicos, es por eso que en 1999 propusimos el Ingreso Ciudadano a la Niñez, actualmente conocido como Asignación Universal por Hijo (AUH), y hoy desde la Coalición Cívica Ari Chivilcoy le pedimos a las autoridades competentes del estado nacional, provincial y municipal que faciliten los recursos para que nuestros chicos, sin importar su situación económica, puedan recibir lo que les corresponde y es su derecho, educación.
Hay múltiples facetas para abordarlo, ya sea con protocolos como los propuestos en CABA, o el proyecto presentado por la Senadora provincial de Juntos por el Cambio, Carolina Tironi, el cual propone que el estado provincial establezca convenios con proveedores de Internet que garanticen el acceso exclusivo a las plataformas educativas para los chicos alcanzados por la AUH y a los docentes, sin costo alguno. También a nivel nacional se podría hacer algo similar haciendo uso del Fondo Servicio Universal (FSU) donde todas las empresas de telecomunicaciones administradas por el ENACOM deben depositar el 1% de su facturación. Las herramientas existen y no hacía falta un DNU, aplicado a las empresas de telecomunicaciones, que agregue más incertidumbre y tenciones a nuestra sociedad, ya convulsionada.
Como el querido Tomás Bulat dijo alguna vez, “Cuando se nace pobre, estudiar es el mayor acto de rebeldía contra el sistema. El saber rompe las cadenas de la esclavitud”.