Productos Francos

Diariamente los medios periodísticos nos acercan noticias de la inédita situación sanitaria y social a la que hemos sido empujados  por un desconocido virus. Y una de las preguntas sin respuesta se genera cuando alguien indaga sobre alternativas para revertir una situación económica a todas luces complicada.   Sobran diagnósticos y culpables y tengo la sensación de que pocos se animan a proponer alternativas porque “definir es visto como una forma de separar” y como la especulación política suele actuar de freno se postergan propuestas.   Esto lleva a que el diagnóstico sea cada día más pesimista porque al no presentarse alternativas  “los pacientes se impacientan”.-     

Cuál es el diagnóstico?  

Primera dificultad porque justamente por lo expuesto sabemos que no es lo mismo un diagnóstico médico o técnico que uno económico.  Pero hay una propuesta que supera e incluye a cualquier opinión y seguramente coincidiremos que es aceptada por todas las fuerzas políticas.-

Es necesario crear trabajo.  Es impostergable establecer nuevas condiciones para que emprendedores de distintas actividades tengan facilitado y allanado el camino para esta creación.

Y aquí vienen los primeros obstáculos a sortear ya que seguramente hay actividades de mano de obra intensiva que si uno evalúa costos de producción mira hacia China para ver cómo hace para importar en lugar de producir  el producto.     

Eso no nos sirve aunque Ud sea un fanático de la globalización porque un desocupado en Argentina debe preocuparnos más que un costo de producción.

Qué hacer?  

Propongo evaluar la posibilidad de producir  “productos francos”  que por analogía con lo que se conoce como zona franca, donde se compran sin impuestos, estos sean producidos justamente, sin pagar impuestos.

No hacerlo significa seguir importando  de países donde los costos y legislación laboral no representan cargas importantes lo que evidentemente no nos beneficia por lo que creo hay que pensar distinto y arriesgarse a decisiones modernas.   Esta situación debe resolverse dando respuesta a la elección entre sostener con subsidio a una persona sin trabajar o permitir que sea empleado en trabajos mano de obra intensiva, recibiendo la correspondiente remuneración por su trabajo en blanco con la diferencia que su empresa no estará alcanzada total o parcialmente por el pago de impuestos nacionales y/o provinciales y municipales.

La segunda diferencia la debemos marcar en una nueva exigencia  que impondría a estas empresas.-  

 Propondría de carácter obligatorio dedicar un día por semana, como mínimo, al estudio y/o  la capacitación del trabajador ya que no hacerlo lo obligará a ceder a toda idea de evolución hacia otras actividades y  disminuir el riesgo de quedar expuesto a la desocupación cuando su actividad pueda ser realizada por un robot o sistema automatizado.

Creo que nuestro País tiene que apostar a la capacidad de cada argentino para desarrollar actividades productivas y para salir de la actual situación de alta complejidad económica aconsejaría una “explosión de libertad”  para producir bienes que dejarán de importarse y así frenar la sangría de divisas tan necesarias como escasas.  

 Será función de los gobernantes definir aquellos  “productos francos”  que pasarán a formar parte del trabajo de los argentinos, fortaleciendo de esta manera lo que significa social y anímicamente que una persona pueda trabajar.    Para seguir exponiendo  la idea es imprescindible que primero nos pongamos de acuerdo en la alternativa propuesta u otra que cumpla un fin similar.  

Como sentenció Hegel es imposible discutir resultados si no se acuerdan principios previos.