Una vieja costumbre
El nepotismo, entre la legalidad y la ética
A pocos días de que el presidente Alberto Fernández avalara la aplicación de un nuevo impuesto a las grandes fortunas impulsada por Carlos Héller y Máximo Kirchner, y después expresar su profundo rechazo al proyecto apoyado por la oposición de recortar los salarios de los funcionarios públicos, se supo, casi por accidente, que el hijo del titular del ANSES, Alejandro Vanoli y la hija del gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, fueron designados asesores del Gobierno bonaerense de Axel kicillof.
Se trata de Nicolás Vanoli Long y Jorgelina Ema Capitanich, cuyas designaciones como asesores de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, se conocieron tras la tramitación de las acreditaciones necesarias para la circulación, en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el Gobierno nacional desde el 19 de marzo.
La noticia podría ser una nimiedad si se compara con el desastre que está provocando el Coronavirus en el mundo, pero cobra importancia al revelar que el nepotismo sigue vigente en la política, favoreciendo tanto a un bando como al otro, sin distinción de partidos.
¿Es legal?. Todo indica que sí. Sólo hubo un corto período de tiempo durante el gobierno de Mauricio Macri en el cual se intentó prohibir, mediante el decreto
93/2018, la designación de familiares directos de ministros en el Estado, luego del inusitado escándalo causado por su propio ministro de Trabajo, Jorge Triaca, quien nombró a su esposa, Cecilia Loccisano, en la subsecretaria de Coordinación Administrativa del entonces Ministerio de Salud y a su cuñado, Ernesto Reta, como director del Banco de Inversión y Comercio Exterior.
El caso más emblemático de la era K fue el de Delfina Rossi, hija del -por ese entonces-, ministro de Defensa Agustín Rossi, que con sólo 26 años fue designada como directora del Banco Nación y se mantuvo en su cargo hasta el final del mandato de Cristina Kirchner.
Este año, al recuperar el peronismo el gobierno, nuevamente Agustín Rossi, ahora en su rol de ministro de Defensa, logró colocar a su hija Delfina en el directorio del Banco Ciudad y a su yerno Sergio Woyecheszen, en el directorio del Banco Central.
La lista es interminable, pasa en todos los niveles de gobierno. Hay cientos de casos de hijos que suceden a su padres, esposas que suceden a sus esposos, padres que nombran a sus hijos o hermanos, familias completas viviendo de los recursos del estado, de nuestros impuestos, sin sentir la más mínima vergüenza, sin siquiera sonrojarse.
El poner a familiares y amigos en puestos públicos es un sistema usado desde hace mucho tiempo por Ia política argentina para colonizar el estado y cubrirle las espaldas a los corruptos, haciendo cómplices a sus familiares para evitar cuestionamientos y acallar sus conciencias. Los ejemplos sobran, los conocemos todos, están entre nosotros.
Puede ser legal, pero, de ninguna manera, es ético.