Por Marcelo Elías

Cambios

jueves, 21 de septiembre de 2017 · 00:00



Está muy difundida la idea de que el 2001 marcó el principio del fin de los partidos tradicionales.
Yo me inclino a pensar que los primeros síntomas se manifestaron en 1983. En esas elecciones no ganó la UCR, como muchos pensamos y el peronismo perdió por primera vez en elecciones libres.
Afirmo que no ganó la UCR porque entiendo que Alfonsín sintetizó en su figura una alianza amplia que contenía pero superaba a la tradicional UCR.
Luego, en el 85/87 alumbró la renovación peronista y en el 89 llegó el menemismo para establecer un formato que superó al tradicional PJ.
Con la aparición del FREPASO la UCR ocupó por primera vez el tercer lugar en una elección presidencial y en el 99 la Alianza era claramente mucho más que la UCR que puso el presidente a partir del trabajo del denominado aparato y un candidato moderado.
Luego la eclosión del 2001, la presidencia de Duhalde con un peronismo conflictuado y alianzas variadas para superar la transición.
En las elecciones del 2003, con la UCR y el PJ estallados en varias expresiones electorales, nació el kirchnerismo una expresión minoritaria que se amplió al influjo del gobierno que encabezó Néstor. 
Durante los 12 años K el peronismo fue utilizado y maltratado, sobre todo por el cristinismo, duro y a la salida del gobierno se encontró disperso, lleno de traumas y contradicciones. No solo por los conflictos dirigenciales, sino por las transformaciones que se producen en un mundo donde surgen, entre otras cosas, nuevos formatos sindicales y empresarios que reemplazan los que durante décadas fueron esenciales para el peronismo.
Un movimiento nacido al influjo de la Revolución Industrial tiene severos problemas de adaptación y se ve superado por los acontecimientos de la cuarta revolución.
Mientras tanto en estos años se fue consolidando el PRO como partido territorial en la ciudad Buenos Aires. 
Hoy, se ha nacionalizado con el armado y consolidación de CAMBIEMOS.
En tanto, más allá de los buenos dirigentes que la habitan, la estructura de la UCR también sufre con los cambios de época mientras las simpatías y adhesiones de vastos sectores de la población que se se canalizaban y expresaban en el radicalismo y otras fuerzas se han convertido en la masa electoral de lo que podemos denominar una alianza estable y con proyección.
Así las cosas con la conducción clara de dirigentes del PRO, por citar los más importantes: MACRI, VIDAL, LARRETA y el aporte de otras figuras, solo por citar algunas Sanz y Carrio, en CAMBIEMOS se funden y amalgaman varios sectores sociales que durante mucho tiempo no encontraban un canal común que los expresara.

Es ostensible que hay un cambio en marcha, modificaciones institucionales, políticas, sociales y productivas avanzan para producirlo.
La finalización del mandato, por primera vez en 9 décadas, de un presidente no peronista puede ser el símbolo el símbolo de este cambio

Comentarios

21/9/2017 | 23:27
#164795
Muy buen análisis.