Por Dr. Juan C. Ferzola

Acompañando

miércoles, 20 de septiembre de 2017 · 00:00

Para alguien que participa en un partido político la aspiración de ser intendente de la ciudad donde vive es caso un instinto primario, ya que poder llevar a la práctica ideas para ayudar a sus vecinos a participar de una sociedad mejor lleva implícito una gran carga de satisfacción.

La vida y la gente me dieron esa posibilidad y quiso Dios que me tocara en un duro período económico y social por el que atravesó el País, lo que obligó a repensar los sueños y concentrar esfuerzos en conservar el barco a flote de la mejor manera intentando mantener el equilibrio y paz social hasta que otros vientos corran.

Gobernar sin tener padrinos en los gobiernos nacional y provincial obliga a extremar habilidades de todo un equipo y con más razón de quien lo conduce ya que los errores que generalmente se traducen en la mala administración no son enmendados por nadie más que uno mismo.

Hoy, más allá de una excelente relación con el gobierno provincial, el municipal no tiene “un tío con plata” que dé respuesta a todas sus inquietudes ni que le corrija desvíos, sino que debe administrar con prudencia los recursos municipales, tal como lo viene haciendo. Y si  a esto le sumamos que no hay una sola sospecha de corrupción, se están desarrollando obras y servicios en distintos sectores de la ciudad, resolviendo viejos  temas que no fueron abordados en épocas de bonanza económica y que hay atención de las áreas más sensibles de gobierno,  me dan motivos más que suficientes para acompañar la gestión de Guillermo Britos.

Obvio que este acompañamiento  es por el placer que da ayudar a alguien sin contraprestación alguna, sólo por la felicidad que se siente el poder hacerlo, sabiendo que hay otros que desean el fracaso y son capaces de la opinión más desafortunada con la que creen poder mantenerse en la consideración pública siempre que le sirva para sus fines. Fines que llevan desde el inicio una carga de impotencia de ideas, de ligeras opiniones que sólo pueden brindarse cuando uno está lejos del poder y no asume ninguna obligación de gobierno porque la soberbia le impide ver que el camino es otro.

Y que esto es así lo puede decir por la experiencia de vida no sólo en cuestiones de gobierno y porque uno ha comprendido que “para ir rápido es bueno ir solo, pero si se quiere llegar lejos es mejor ir acompañado”.

Creo justo sintetizar mi punto de vista sobe este accionar con una frase de la Madre Teresa “a veces sentimos que lo que hacemos es como una gota en el mar, pero ese mar sería menos si le faltara una gota”.

 

Dr. Juan C. Ferzola

Ex intendente de Chivilcoy

 

Comentarios

22/9/2017 | 10:55
#164795
Sumar voluntades...la política al servicio del ciudadano. Sería la única posibilidad para transitar y proyectar una sociedad que se precie de democrática .