Antinomias y desafío

Las antinomias con las que nos criamos quienes empezamos a militar en los 70, herederas de las viejas antinomias de nuestra historia nunca me motivaron, o mejor dicho me desprendí de ellas a edad temprana.
Solamente me aferré a las que considero importantes, innegociables, DEMOCRACIA/DICTADURA, PAZ/VIOLENCIA, VIDA/MUERTE.
El resto, pueblo/antipueblo, pueblo/oligarquía, patria/antipatria o la más presente y nuestra: peronismo/antiperonismo hace años no me movilizan, no me invitan a militarlas.
Hoy tampoco me concovoca la tan meneada grieta, no me parece constructivo que organicemos nuestro sistema político bajo la contradicción K/ANTIK o que desde algunas tribunas se plantee que este es el gobierno de los RICOS/CONTRA LOS POBRES.
Hechas estas aclaraciones y observando el comportamiento mayoritario del electorado, que tanto en la ciudad de Buenos Aires como en la provincia de Buenos Aires o en Santa Fe, por tomar distritos importantes, ha desoído las terceras opciones, las avenidas del medio, creo que esto no se debe tomar como un aval para estimular o profundizar a las contradicciones extremas.
El respaldo electoral que fortalece al gobierno y debilita a Lousteau, Massa y los socialistas santafesinos, a la vez que fomenta la disgregación peronista, debe tomarse como punto de partida para promover acuerdos estratégicos.
El desarrollo duradero de la Argentina, el crecimiento económico con integración social, depende de la inteligencia y sensibilidad de toda la dirigencia política, gremial, empresaria y social.
Como indicio positivo esta semana el ministro Dujovne y los ministros de economía de varias provincias acordaron nuevas pautas de responsabilidad fiscal, la reforma tributaria, la reforma laboral y nuevas pautas de distribución de recursos (coparticipación) forman parte de la agenda para estos acuerdos.
Ojalá todos estemos a la altura de este desafío.