Por Martin Herscovich

De bonos a 100 años y otros cuentos

jueves, 29 de junio de 2017 · 18:21

El mercado financiero tuvo esta semana una gran repercusión en el ambiente mediático y político por dos cuestiones.  La primera fue la colocación, por parte del Gobierno Nacional, de un bono que vence dentro de 100 años por 2.700 millones de dólares; la segunda fue que uno de los mayores bancos de inversión del mundo, Morgan Stanley, decidió postergar la definición de Argentina como un mercado emergente, lo cual tuvo repercusiones negativas en el mercado de acciones.

Seguramente la última de las cuestiones es la que menos le interesa al ciudadano común.  Pero la primera es algo por lo que deberíamos preocuparnos a todos, ya que la forma en que el Estado se financia tiene repercusiones para nuestra vida cotidiana. Es por ello que en esta columna trataré de explicar las alternativas de financiamiento que tiene el Estado, sus causas y sus consecuencias.

A veces los economistas comparamos la economía de un hogar con la de un Estado para poder explicarla en términos sencillos. Esto es una herramienta que nos ayuda a entender, ya que un Estado para obtener recursos puede: endeudarse (como las familias cuando piden un crédito hipotecario), puede vender parte de su patrimonio (vender el auto) o, la más importante, recaudar impuestos (equivalente al ingreso por un trabajo realizado o un servicio prestado). Sin embargo, el Estado tiene una fuente de financiamiento adicional y que le es propia y exclusiva: la emisión monetaria, es decir, la capacidad de crear dinero. Todas son genuinas, sin embargo, está claro que la más aceptada es la recaudación de impuestos, ya que las otras tres son más discutibles dependiendo el lugar desde el cual uno se posiciona con respecto al pensamiento económico.

Pero, ¿Por qué un gobierno tiene que llegar a endeudarse, a emitir dinero o vender parte de sus bienes? Es una pregunta que tiene una respuesta muy simple pero que sólo en un período muy corto de nuestra historia hemos superado (2003 a 2006) y es por el DÉFICIT FISCAL.  Básicamente, esto significa que el Estado gasta más de lo que recauda. Históricamente "sale más de lo que entra”, lo que nos ha llevado a sufrir una gran cantidad de crisis en el último siglo.

El DÉFICIT FISCAL es una enfermedad que nos agobia desde siempre y es lo que ha llevado a distintos gobiernos a endeudarse o emitir dinero. Estas dos fuentes están casi siempre disponibles, ya que los bienes del Estado se puede vender solo una vez, luego no hay forma de obtener dinero gracias a ellos.

El gobierno actual tomó el camino del endeudamiento para hacer frente al faltante de dinero en las arcas públicas. Los principales referentes en materia económica de esta gestión consideran, a diferencia del gobierno anterior, que la emisión monetaria genera inflación y es por ello que se ha tratado de reducir la creación de billetes al mínimo posible.

El gobierno anterior sostenía una política de desendeudamiento y utilizaba al Banco Central (emisor de la moneda) como financista, aduciendo que  la inflación tenía otras causas, tales como: concentración empresarial, puja distributiva (qué porción de la "torta” se llevan los empresarios y qué porción los trabajadores) y factores externos.

A priori, ninguna fuente es mala en sí misma. Solo deben utilizarse correctamente y entender que hay contextos en la economía local y mundial que hacen que una sea mejor que la otra para cada momento. Lo fundamental es no caer en los extremos, como sucedió con la crisis de hiperinflación del 89, causada por un exceso de emisión monetaria durante esos años; o la crisis de 2001, provocada por la gran cantidad de deuda que se tomó durante la década del 90.

Entonces, debemos comprender que endeudarse es un recurso que prácticamente todos lo estados usan. El consejo general es no endeudarse para pagar gasto corriente, tal como en una economía familiar. Si le pedimos plata al banco para salir a comer afuera, estamos gastando recursos en un servicio que se agota en el mismo momento, lo único que me queda es deuda. Voy a tener que pagarle al banco lo que gasté más los intereses. El famoso pan para hoy, hambre para mañana. Si, en cambio, pido prestado para instalar gas natural en mi casa, es una inversión que me permitirá eliminar el gasto en garrafas y brindar mayor seguridad a mi hogar. En el caso del Estado, estás inversiones son en su mayoría en infraestructura, como calles y rutas o centrales eléctricas. Si bien vamos a pagar intereses por los préstamos, vamos a tener también una mejor calidad de vida a largo plazo, menores costos para brindar servicios y nuevas oportunidades que sin esas inversiones no tendríamos.

Por último, una advertencia. Comparar la economía estatal con la nuestra como individuos y familias es muy útil para entenderla, pero también debemos recordar que no es exactamente lo mismo. El Estado es muy grande, con mucha historia, se relaciona con diversos actores y debe velar por las necesidades e  intereses de la ciudadanía. Y, por sobre todas las cosas, la economía no es una ciencia exacta. Es una ciencia social.  2+2 hoy es 4, mañana… esperemos que también.

 

Martin Herscovich

Economista

Comentarios

4/7/2017 | 17:34
#164793
Un verdadero cuento. El endeudamiento permite obtener a estos gobiernos dólares frescos para la FUGA DE CAPITALES de sus socios. El hecho se agrava con el vuelo de las GOLONDRINAS. O sea: Tasa de LEBACS al 25 % o más con el dólar estable durante mas de un año. ESTO ES DEFICIT CUASIFICAL, de lo que el artículo prácticamente no habla. LOS CICLOS DE ENDEUDAMIENTO TIENEN LUEGO SU CORRESPONDENCIA EN LOS DEPOSITOS FUGADOS AL EXTERIOR. LA BASE DEL PROBLEMA ESTA EN LA IDEOLOGÍA LIBERAL CORRUPTA DE ORIGEN: LA ARGENTINA ES VISTA POR ESTOS GRUPOS COMO TIERRA DE USUFRUCTO. LOS EXCEDENTES VAN AFUERA. BASTA DE SANATA LIBERAL !
2/7/2017 | 20:11
#164792
Buen comentario. Atinado y sencillo. Lástima que la mayoría de quienes nos gobernaron hicieron todo lo contrario.