Por Diego Manusovich

Elecciones idealistas

domingo, 28 de mayo de 2017 · 00:23

Los partidos políticos se despiertan. La sangre comienza a fluir por las venas casi dormidas desde los últimos comicios. Como cuando la nieve se entibia y vuelve a ser agua que fluye por senderos secos y olvidados.

Por supuesto que hay excepciones. Hay militantes despiertos todo el tiempo en estructuras partidarias que aprovechan el más leve suceso para plantar postura y promover reflexión política compartida. Pero este despertar para algunos, en un año electoral, nos muestra a las claras qué tipo de sociedad ven nuestros potenciales representantes.

¿Qué somos como pueblo, vecinos, ciudadanos para la gran mayoría de los candidatos y las estructuras partidarias tradicionales? ¿Qué ven los políticos cuando miran al electorado?

Somos simplemente una masa prebendaria. Eso, un simple conglomerado de seres vivos que pueden ser manipulados por regalos, subsidios, becas, gratificaciones, donaciones, etc.

En vez de aparecer ideas que luego podrían convertirse en proyectos de ley si fueran electos, sólo militan los meses previos compitiendo entre sí para ver "quién seduce con dádivas más y mejor a la gente”

Cuando hablamos de subdesarrollo, estamos justamente refiriéndonos a este tipo de "vínculo nefasto y primitivo” entre pueblo y candidatos. O entre ciudadanos y políticos en el poder. Siempre critiqué cuando se le pedía a Randazzo que "trajera cosas para Chivilcoy”. Esa forma tan primitiva e ilegal de pedirle a un funcionario nacional que discrecione recursos para su ciudad natal, me pareció nefasta y plagada de disvalores.

Este camino arado por la anterior gestión, se ha convertido en un "modus operandi” patético. Vienen referentes nacionales o provinciales trayendo en sus alforjas cheques, efectivo o transferencias bancarias (vaya a saber uno de qué origen) para arrancarle a los beneficiarios un compromiso implícito vergonzoso.

¿Y las ideas? ¿Y los proyectos de ordenanza para promover más y mejor desarrollo en nuestras ciudades, provincia y país? ¿Cuántos años retrocedemos en la consolidación de nuestros valores democráticos por este juego imbécil de regalar en vez de prometer derechos?

Necesitamos políticos que puedan prometernos la redacción de nuestros derechos postergados. ¿Una ordenanza local que fije un monto de libros disponibles por barrio? ¿Un centro de ciencia y tecnología por escuela primaria? ¿Obligatoriedad de realizar al menos cuatro salidas didácticas por año a nuestros alumnos? ¿Una incubadora juvenil de microemprendimientos productivos? ¿Un compre Chivilcoy para los productos locales que deben estar en la cuerda floja por la crisis macrista? ¿Impulso para la creación de jornadas de trabajo solidario para aquellos que estudiamos en universidades públicas? ¿Formación extra para nuestros docentes chivilcoyanos?

No. Lo primero que se le ocurre a nuestros lúcidos candidatos es ver de dónde pueden rascar algún billete para lograr la foto en el diario y así tratar de dar la idea de que "si es elegido por las urnas podría traer muuuuucho más”.

Lamentable esquema. Un jueguito perverso e ignorante de esa política viciosa plagada de seres humanos mercantiles.

La democracia es otra cosa. La lucha por los espacios de poder público deberían ser una arena vibrante en donde ganen las buenas ideas, la gente honesta que es capaz de dejar su vida para lograrlas en el Consejo Deliberante.

¿Que soy un romántico idealista?

Seguimos resistiendo.-

 

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