Por Diego Manusovich
15.000 chivilcoyanos
A nosotros no nos mintió. El tipo "es Macri”. Durante su vida dio innumerables opiniones sobre su escala de valores y la forma de ver el mundo.
Le que hizo fue "empaquetar” a través de la red de lavado cerebral mediática, a unos seres humanos de convicciones frágiles.
Digo, a mí no me preocupan los argentinos que están a favor de las dictaduras, que son negacionistas o antipopulares. Desde Rivadavia hasta la fecha que hay compatriotas que han intentado "desde vendernos como colonia al mejor postor del extranjero” hasta "obtener una empresa a costa de picana como Papel Prensa” y no se les mueve ni un pelo. Esos argentinos rancios están en todos los pliegues sociales.
¿Son el 25 o el 30%? ¿Están en las zonas más urbanizadas de cada ciudad de nuestro país? Ok, aceptémoslo como parte de este mundo de libertad de pensamiento y tolerancia discursiva.
Lo que preocupa (y me tiene aún en estado de shock) es el laburante, el comerciante medio pelo, el profesional que hace 15 años se graduó en la universidad pública y que pudo montar su estudio y progresar a costa de un gobierno obsesionado por el mercado interno y el trabajo para todos.
¿Esos cuántos son? ¿Otro 25% de los electores del 2015? ¿Unos 6 millones de argentinos? ¿Quéeee? ¿6 millones de hombres y mujeres que no se dieron cuenta que crecían porque había un gobierno nacional que cuidaba las variables económicas para lograrlo?
Es increíble. Cómo es posible que un ser humano dentro de un hábitat colectivo y siendo parte de un proceso histórico, no pueda valorar adecuadamente "su antes y después” ¿Sólo los militantes del amplio espacio nacional y popular (digamos el 45 o 50% restante de la torta) tuvimos padres y abuelos que la pasaron como el culo en muchas épocas de su vida? ¿Sólo nosotros vimos familiares y amigos desesperados por conseguir laburo con las crisis de los últimos 30 años antes del 2003?
Ya no hablamos de haber accedido o no a ciertos bienes culturales que permiten un análisis crítico de la historia, ni a lucideces intelectuales de un carajo. Hay 6.000.000 de tipos y tipas de toda clase social que creyeron que cambiar 180 grados de gobierno les iba a resultar provechoso.
Esa es la batalla cultural amigos. Son 6 palos. Es el 25% de cada ciudad. Son 15.000 chivilcoyanos que van como manada de vacas de un lado al otro del espectro político sin más certezas que su bolsillo del corto plazo. ¿Qué algunos perdieron ventas? ¿Qué otros bajaron su nivel de vida y ahora están arrepentidos? ¿Qué tal vez perdieron el laburo o no tienen para pagar la luz o el gas? La noticia es que nada de ese dolor se transformará en "conciencia de clase” ni en una mínima "luz de esclarecimiento” de cómo funciona la lucha de poderes por la distribución de la riqueza en una sociedad moderna.
¿Entonces? ¿Qué hacemos con nuestra militancia impotente?
Seguimos creando instancias de reflexión. En el diario, en la calle, cuerpo a cuerpo. En Facebook, Instagram, Twitter y cualquier otro lugar en donde podamos explicar en qué consiste este juego romántico y mordaz al mismo tiempo, llamado "Democracia”.