Por Fernando Gregalio

“Ojalá que todo ésto pase lo antes posible”

miércoles, 4 de enero de 2017 · 00:58
Sin dudas que estoy atravesando las horas más difíciles de mi vida. Todo parece un sueño del cual quisiera despertar. No puedo escribir mucho, aún estoy devastado porque no es fácil que te involucren en una causa de pornografía de infantil. Aún no lo puedo creer. Desde Estados Unidos dicen que mi número de celular aparece en cuentas electrónicas relacionadas a este delito, al cual repudio absolutamente, por mis conceptos y porque tengo un nene de 9 años.
Hace unos años atrás recibí una llamada telefónica amenazándome de muerte a mi hijo y a mí. Ahora esto.
A pesar de tener mi mente tranquila no es fácil sobrellevar la situación, por mi familia y principalmente por mi hijo "Toto”. Ojalá que todo ésto pase lo antes posible.
El lunes a la mañana recibí un llamado a mi celular de un gendarme que me dijo que estaba frente a mi domicilio porque debía firmar una citación. Mi casa estaba cerrada, mi señora e hijo no se encontraban en el lugar. Pensé que era relacionada a alguna nota que habíamos publicado en el diario.
Llegué hasta mi domicilio con la camioneta del diario y me hicieron firmar una citación, para luego decirme que debían allanar mi casa. Lo miré, sonreí y le dije, "es una broma”. A los pocos minutos llegó una segunda camioneta de Gendarmería y un vehículo particular, donde bajaron el ayudante del Fiscal y la Dra. Bárbara Leranoz, de la Ayudantía local. Ahí me informan sobre una investigación que se está llevando adelante sobre pornografía infantil y que mi número del celular figuraba en lista. No podía creer lo que me estaban diciendo, no lo puedo creer aún.
Inmediatamente me puse a su disposición y abrí mi domicilio, nervioso por la situación, pero tranquilo porque se como me manejo en mi vida y los concepto que tengo sobre los niños, por la educación que recibí de mis padres.
Literalmente los gendarmes me dieron vuelta la casa en búsqueda de material que puedan involucrarme en la investigación. Se llevaron una computadora, notebooks, netbook, dos tablets, teléfonos celulares, pendrives, memorias de teléfonos, una cámara Gro-Pro, muchísimos CD y DVD donde hay fotos familiares, algunos cassette de cintas y un arma que había recibido de herencia de mi madre fallecida.
Me mantuvieron incomunicado desde las 10 de la mañana aproximadamente hasta las 15. Frente a mi domicilio había dos móviles de Gendarmería como si allí viviera el peor delincuente. Para ellos era y soy delincuente.
Cerca de las 15, con un  joven que actuó, de testigo cargaron las cosas y se fueron.
El caso ya está en manos de dos abogados. Sólo espero que salga la verdad lo antes posible. Afortunadamente en las últimas horas recogí sólo palabras de acompañamiento y solidaridad de mis compañeros del diario, la radio, Chivilcoy Continuos y principalmente de la comunidad toda, la cual me demostró que no estoy sólo en todo esto.
A los medios de comunicación que trataron el tema con total seriedad, excepto uno que siempre trata de trepar para escalar desde lo más bajo donde se encuentra. Yo no me declaré culpable y no estoy detenido como dijo erróneamente este seudo periodista.
Ojalá que todo esto pase lo antes posible, por el bien de toda mi familia, especialmente de Andrea y Toto, que son mi vida.

 

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