Por Diego Manusovich
Límites
Ya les estamos soplando más cerca la nuca. Ahora el gobierno macrista de los gerentes, las multinacionales y los poderes concentrados nos tienen resoplando más cerca de su nuca.
El 48% que queremos un país más equitativo, que fortalezca el trabajo y la industria nacional, ya está movilizado desde los 4 puntos cardinales.
Por más que Clarín, La Nación, TN y todos los medios afines se vendan al santo Dios de la publicidad y los negocios corporativos; no impedirán que casi la mitad del país reclame por un modelo diferente.
Ya sabemos de memoria que estas recetas neoliberales sólo conducen al empobrecimiento y la miseria de nuestro pueblo. Ya sabemos perfectamente adonde nos conduce abrir las importaciones, bajar las retenciones a la exportación de granos y endeudarnos en dólares con el exterior. Ya lo vivimos, ya lo sufrimos…
Pero ojo, yo no quiero que el gobierno nacional caiga ni se vaya en helicóptero. No.
Quiero que entre todos aprendamos otra lección de la historia, y si por alguna coordenada electoral, toca que gane por 2 puntos un gobierno de derecha inflado hasta el hastío por los periodistas vendepatria, entonces también quiero un pueblo que a los 9 meses de gobierno, comience a despertar para poner sus límites.
Límites al desmantelamiento de nuestras fábricas y nuestro mercado interno. Límites a deteriorar los bolsillos de la inmensa mayoría que ya clausura sus vacaciones, la compra de su moto o la ropa linda que le gustaría vestir en primavera.
Límites. No hay nada más emancipador, a más de 30 años de recuperación de la democracia, que un pueblo arrastrado de nuevo al dolor del neoliberalismo de derecha, pero reactivo a sus primeras consecuencias devastadoras.
Esta vez no podrán perseguirnos con los militares y tampoco podrán sobornar a todos los medios de comunicación para que ignoren olímpicamente las plazas y las calles llenas de reclamos. Van a tener cada vez menos margen para destruir nuestro futuro y eso, es un signo vital de auto preservación.
La enferma farsa que le arrebató el poder popular al mandato de Dilma Rousseff también caerá por su propio peso. Los cuervos más corruptos tumbaron un gobierno legítimo que ganó con la mayoría de los votos, y creen que eso será olvidado por el pueblo y por la historia. No.
Intentarán mentir y endemoniar a los que creemos en los gobiernos nacionales y populares. Podrán decir que todo fue corrupción y que todos nuestros representantes fueron corruptos, pero finalmente ese sainete también se caerá a pedazos. Como en todos los gobiernos y en casi todos los países en el mundo, hay gente inescrupulosa que aprovecha la información o el poder público para llevarse dinero a su bolsillo, pero fue en las proporciones que siempre está presente en los gobiernos.
La corrupción privada y pública no tiene ideología, es parte de nuestra peor parte. Compone nuestro ADN cultural y debe ser ferozmente combatida, pero no hay forma que tapen nuestros valores e ideales de patria, echándonos encima la fábula del lobo feroz.
Sigo soñando con un gobierno fuerte que haga del Estado la herramienta potente que pueda contener la voracidad del capitalismo para distribuir y proteger a los más débiles y a las minorías.
Vamos a seguir aumentando la presión sobre sus nucas…
Seguimos pensando.