Por Diego Manusovich
¿Es tan difícil?
Viajar un poco, además de oxigenar el espíritu, promueve comparaciones.
Además de abrirnos para comprender otras idiosincrasias, viajar sirve para comparar modos de vida, infraestructura, presencias del Estado, etc. Si uno viaja a ciudades en las que el desarrollo ha promovido mejoras en la calidad de vida de todos sus habitantes, mucho mejor.
Es conmovedor ver, en esta ciudad de la que hablo, algo tan simple y omnipresente como las sendas peatonales y las señales hacia el ciudadano. Las sendas están marcadas en todas las esquinas y ese hecho simbólico "politiza” el espacio público dando un claro mensaje para todos "ESTE ES EL LUGAR EN DONDE ESTÁN PROTEGIDOS LOS DERECHOS DEL PEATON Y EN DONDE DEBEN DETENERSE TODOS LOS MEDIOS DE LOCOMOCIÓN”
Las sendas peatonales y la cartelería que marca velocidades máximas, proximidad de escuelas, cruces peligrosos, semáforos, etc. existen en todas las cuadras y son los más elementales dispositivos culturales para ordenar los impulsos caóticos de los ciudadanos.
¿Hay que tener un posgrado en Harvard para darse cuenta que un municipio como Chivilcoy debería asumir su rol y responsabilidad en la convivencia pública?
Por supuesto que la educación pivotea con la severidad de las leyes. Por supuesto que todos los ciudadanos debemos temer y ser castigados ante cualquier infracción a las normas de convivencia vigentes; pero ¿nada de educar a la gente? ¿ni un cachito? ¿damos totalmente por sentado que el otro es un ser brutal amante del rigor? ¿vamos camino a ser una sociedad en donde lo único visible y ordenador son los móviles de policía y la cantidad de agentes de seguridad?
No debe haber nada más triste que ver tanta gente uniformada en la calle y tantos patrulleros. La violencia y la amenaza explícita de la ley debe estar en la conformación interna de nuestros acuerdos sociales, pero cuando la fuerza pública tiene que estar "todo el día dando vueltas y vigilando a la gente” es porque claramente fracasaron nuestras instituciones educativas formales y nuestro Estado como enseñante en los espacios públicos.
La proporción de sendas peatonales en las calles de nuestra ciudad debe ser del 0,02 por ciento. Salvo en el microcentro coqueto, las calles están prácticamente olvidadas. Casi no hay cartelería formativa y la sensación es de un "viva la pepa”.
¿No hay nadie en el Estado municipal que vea estas cuestiones de Educación Vial? ¿Es muy difícil darse cuenta que algo le está faltando a nuestros espacios públicos en donde hay muertes y accidentes todos los días por negligencia privada y abandono del Estado?
¿Cuesta mucho esa máquina que alguna vez vimos y que hacía ese extraordinario trabajo de crear las sendas peatonales? ¿Falta personal municipal acaso? ¿Faltan recursos para comprar la pintura asfáltica? Ese gasto, que sin lugar a dudas pagaríamos todos los contribuyentes con enorme alegría, ¿cuánto costaría? ¿$2 más por mes en nuestras tasas municipales para pintar las sendas y crear los carteles que nos protejan de nuestro instinto más negligente?
Todos entendemos que este país y esta ciudad han enfriado notablemente el rol que tenía el Estado (sólo por poner un ejemplo: las calles y la plaza del Barrio San Francisco están literalmente abandonadas). Pero aquí no hablamos de inversiones en tecnología de punta ni movimientos humanos masivos. Hablamos de pintura asfáltica y carteles ordenadores y enseñantes en las calles. Aun cuando el gobierno anterior sí tenía recursos, también le faltaba la mínima humildad para aprender e investigar qué cosas se han hecho en otros municipios para resolver los incidentes viales.
Por eso viajar trae el regocijo de aprender y vivenciar otras culturas.
Pero también permite comprender por qué nuestro camino al desarrollo es tan difícil.
Atención: hoy "vamos a dejar engullirnos por la pasión del fútbol” y no vamos a hacer radio. Nos reencontraremos el otro domingo de 22 a 23 por radio Chivilcoy. Gracias.