Por Diego Manusovich
Comedores de sapos
No lo vas a ver en TN. Tampoco en Canal 13, La Nación y en tantos otros medios de comunicación en manos de mercenarios del dinero.
Una de esas noticias es que las universidades públicas tienen el mismo presupuesto que el año pasado y este gobierno ha decidido no aumentarlo. Luego del tifón de precios y el desquiciado aumento de los servicios públicos, Macri es consecuente con sus principios de derecha: la universidad pública, gratuita y laica no es parte de su proyecto de país.
El 49% lo sabíamos y lo vimos venir. Pero el orgulloso 52% "come sapos” miró para otro lado. Siempre en la argentina hay un sector de la sociedad que no le interesa la historia ni los análisis políticos que permiten entender qué valores ideológicos tiene tal o cual político.
Era obvio que Macri iba a tratar de beneficiar a los más poderosos y a lo sumo, daría unas migajas a los más desfavorecidos, dejando siempre la balanza más desequilibrada.
Los que creemos en los gobiernos populares sostenemos que esa balanza tiene muchas chances de ser más equitativa e inclusiva. Dejamos de ser marxistas hace rato, pero sí creemos que podemos estar todos adentro del sistema y que las cosas pueden ser más parejas en todo sentido.
Si un gobierno les da mucha más rentabilidad a los pocos tenedores de la tierra. Si un gobierno les da mucha más rentabilidad a las empresas concentradas y foráneas para que giren fácilmente sus dividendos afuera y que aumenten sus precios con total impunidad. Si un gobierno libera las tarifas de los servicios impactando en los bolsillos de los más vulnerables de una manera violenta, entonces es muy claro para quienes está gobernando este mesías.
La yegua montonera cuidaba el trabajo de cada argentino que enorme celo. Sabía perfectamente que esta rueda incesante llamada "mercado” se alimenta y crece en la medida que haya algo que se llama consumo interno. Si todos tenemos trabajo todos vamos a consumir combustible, comida, ropa, vacaciones, libros, electrodomésticos, etc.
Tocar esta rueda y afectar la posibilidad de consumo porque se pierde el trabajo o porque los salarios quedan devaluados, es una estrategia de este gobierno de derecha para seguir beneficiando a las clases altas. Los gobiernos de derecha no piensan en todos, piensan que los más instruidos y los más privilegiados son los que merecen mantener sus privilegios.
Pero bueno, nada de esto le importa al 52% seguramente. Ellos votaron confiados que se terminaba una dictadura de cadena nacional y carteras Louis Vuitton... Típico de gente que no entiende de política ni de intereses ideológicos… hasta que los tapa el agua. ¿Ya habrá arrepentidos que los haya tapado el agua?
Seguramente algunos sí y otros no.
Hay gente que ha masticado tanto Clarín, que repiten como locos que todo lo que estamos viviendo es porque Báez, Fariña, Boudou, La Cámpora, los ingenieros del Arsat, los creadores del Canal Encuentro y tantos otros, hicieron una fiesta de despilfarro la década pasada.
De San Martín dijeron lo mismo y más.
Y así se va construyendo la historia. Nadie bien nacido avala ninguna corrupción, pero hay gente que disfruta comiendo sapos las veinticuatro horas.
Seguimos pensando.