Por Diego Manusovich
Nos estamos cagando de risa
El gobierno nacional del turno anterior, había logrado demostrarnos que los vientos de cola o de proa son relativos. Es decir, por supuesto que si uno fabrica tornillos y los tornillos tienen precio de oro, nuestra ganancia va a ser astronómica. Pero salvo casos muy especiales, el gobierno anterior nos había demostrado que pensando en todos, ninguno se quedaba fuera del circuito de consumo.
¿Cuántas familias comieron más proteínas por semana que sus padres? ¿cuántas familias por primera vez se compraron una moto o un auto a diferencia de sus padres? ¿cuántos se fueron por primera vez de vacaciones por la Argentina o el exterior en forma inédita? ¿cuántos se compraron la ropa que querían amontonándola en un placard que ya no daba más? ¿cuántos se pudieron construir la casa o comprarse un terreno? ¿cuántos pudieron terminar sus estudios secundarios, terciarios o universitarios a diferencia de las generaciones anteriores?
Eso se llama "pensar en el conjunto”. Impulsar desde la base de esta pirámide loca y enferma llamada capitalismo la forma en que las clases populares puedan acceder también a bienes culturales y materiales.
Durante más de una década rearmamos entre todos una república devastada por el neoliberalismo que derrocó a Alfonsín y tuvo sus momentos de esplendor con Menem y De la Rúa. Durante más de una década Guillermo Moreno luchó con todas las fuerzas posibles para contener a los lobos salvajes que querían remarcar impúdicamente. Lo defenestraron los periodistas pagados por los grandes intereses industriales pues "la prepotencia escandalosa del funcionario” les hacía pensar dos veces antes de aumentar los precios.
Si el Estado no se mete a regular el apetito del capitalismo, los grandes poderes económicos y sus periodistas pagos, se comen a los más débiles y transforman a la sociedad en una pirámide aún más desvergonzada.
El capitalismo libre es una jauría de hienas. La gente común no tiene formas ni herramientas para defenderse. Cada uno de nosotros trabaja en lo suyo, vuelve cansado a casa, tiene algún pequeño hobbie a lo sumo, pero no puede ni sabe cómo articular un verdadero contrapeso ante el abuso unilateral de las fuerzas del poder concentrado.
La energía eléctrica, el gas, los combustibles, los alimentos, la ropa, el ocio… todo ha aumentado locamente sin aumentar los salarios en forma paralela. Durante más de 10 años la inflación del 25% iba de la mano de paritarias o consensos que permitían un paulatino incremento del poder adquisitivo de nuestras familias. Hoy, el gobierno de Mauricio Macri ha decidido que todos consumíamos mucho y que el bienestar de las clases populares era un poco excesivo. ¿Un verdulero yéndose de vacaciones a Mar del Plata? ¿El hijo de un ferretero yendo a Disney? ¿La hija de una enfermera yendo a estudiar a Buenos Aires con una amiga?
La alegría que le vendieron a la gilada explota por todos lados. Nos estamos cagando de risa de una manera que ya nos duele hasta el culo de tanto reírnos.
En tan sólo 5 meses de gobierno lograron que el poder de compra de todos baje un 30% y eso seguirá repercutiendo en despidos y enfriamiento de la economía. Obviamente que la inflación ahora bajará abruptamente. En el gobierno de la Alianza las cosas "deflacionaban”, es decir, bajaban de precio porque la gente consumía cada vez menos.
Pero no importa, el 51% que votó este cambio debe tener sus razones. No sé hasta cuándo les va a servir la bochornosa excusa de que esta calamidad creada por Macri se debe a "la pesada herencia”. El gobierno anterior dejó un país en marcha repleto de gente animada y consumiendo. Por supuesto que se trataba de un país subdesarrollado con millones de ciudadanos aun viviendo mal, pero fueron 12 años de respiro luego de un tobogán maldito que se gestó a mediados de los 70.
Los lúcidos que votaron el cambio háganse cargo. No se escondan. Ahora nadie votó a Macri. Ahora las mayorías dicen que pensaron que Macri era otra cosa. Con el verso de que todo era un nido de corrupción (exagerado y manipulado hasta el cansancio por los medios de comunicación que hoy reciben mil negocios de regalo) apoyaron un mesías antipopular y corrupto desde su mismísimo ADN.
La cagada es que esa ceguera ignorante nos arrastró a todos…
Seguimos pensando.-