Opinión

Campeones vencidos

domingo, 18 de diciembre de 2016 · 00:00

Dejo unas líneas para dar cuenta de un acontecimiento que guarda relación con una nota titulada "Trump” publicada semana atrás.

El 20 de noviembre se realizaron internas abiertas por la candidatura presidencial en el partido "Los Republicanos”, expresión del conservadorismo francés. Los principales candidatos eran Sarkozy, ex presidente de ese país, Fillon, ex primer ministro de Sarkozy, y Juppe, ex primer ministro de Chirac. Votaron cuatro millones de electores. Se impuso Fillon con el 44%, seguido de Juppe con el 28%. Sarkozy alcanzó solo el 21%. Las encuestas una vez más se equivocaron. Daban un triple empate.

En 2012 Sarkozy, siendo Presidente, había perdido la elección presidencial ante el desafiante Francois Hollande del Partido Socialista. En la nota que menciono señalé que  las personas ponen distancia de los campeones vencidos. Sarkozy era un campeón vencido y fue abandonado. No se trata de una  maldición. Sólo una regla ordenatoria que tiende a apartar de la escena a los candidatos que han perdido su vigor como tales.

Estas caídas, a las que se debería, por su regularidad, prestar más atención, suelen, además, ser muy duras. Hillary Clinton después de su derrota dijo que no quería salir de su casa. Sarkozy, en tanto, con 61 años, acaba de anunciar su retiro definitivo de la política.

Este asunto admite otras aperturas. Los directores también son "campeones” que no pueden perder su corona. Si la pierden no bastará con abstenerse de salir de su casa como Hillary o comunicar que se van a la suya como Sarkozy. En el caso de los dictadores, pedido el poder, a menudo sobreviene la tragedia. Mussolini, Anastasio Somoza, el matrimonio Ceausescu, Kadafi, entre otros, quedaron solos y no encontraron un agujero en la tierra donde esconderse.

En la antigua Grecia las tragedias eran obras teatrales que tenían un sentido purificador para el espectador.

El Estado consideraba tan importante la concurrencia que regalaba las entradas a quien no podía pagarla. Estas piezas señalaban constantes en los acontecimientos humanos Constituían una advertencia. Algo así como un aviso de tormentas del servicio costero a las embarcaciones pequeñas, que son los hombres.

Aquello que le ocurría al protagonista podía ocurrirle a cualquiera. Hoy diríamos que servían para curarse en salud.

La desmesura del personaje, entendida como transgresión de límites, era la razón de su caída. Aquel pueblo definía la desmesura como "la violencia ebria de los poderosos hacia los débiles”. Las acciones desbordadas, el delirio de grandeza, la egolatría, la soberbia, la jactancia, la prepotencia, la omnipotencia,  la sin razón eran faltas que arrastraban al individuo hacia el abismo. Es posible identificar estas conductas en acontecimientos históricos significativos, pero también en la vida diaria. La desmesura es siempre la antesala de algún revolcón.

Algunos líderes políticos deberían ir más seguidos al teatro.


Comentarios

21/12/2016 | 14:35
#164795
De algunos no se sabe nada porque se esconden en el anonimato. Critican todo y no se animan a decir a decir quienes son seguramente por vergüenza de si mismos.
20/12/2016 | 18:54
#164794
este señor no deberia ni aparecer en los medios. quien no sabe lo que fue......
19/12/2016 | 15:52
#164793
¡¡¡¡Clarisimo!!!!! Cualquier coincidencia con la realidad ¿ será casualidad ?