Por Diego Manusovich

Tasas y desarrollo

domingo, 11 de diciembre de 2016 · 00:00

Nuestro "primer compromiso solidario” debe ser apuntalar a nuestro Estado con recursos económicos… Acaso ¿no queremos que los trabajadores de la salud de nuestro Hospital Municipal cobren mejor? ¿No queremos que este Estado mejore la calidad y la inclusión de nuestro sistema educativo? ¿No queremos acaso que se contraten a los mejores chivilcoyanos para ocupar los puestos del Estado para que la gestión de cada área sea potente e innovadora? ¿No queremos que cada jovencito/a chivilcoyano salga de visita didáctica conociendo de manera entretenida cómo funcionan las fábricas de nuestra ciudad? ¿Y no sería bueno que la biblioteca Novaro itinere con un bibliomóvil por los barrios con menos acceso a los bienes culturales? ¿Y un centro cultural? ¿No queríamos todos un verdadero centro cultural para promover diferentes actividades que en principio no tienen cabida en el museo? ¿Y la tan esperada educación vial que enseñe en la vía pública y en las escuelas a través de dispositivos pedagógicos adecuados, cómo convivir con respeto en nuestros espacios públicos?

¿Sigo?

Todas y cada una de estas y otras necesidades conllevan dinero, plata, cash, fondos, recursos económicos, money…

La tasas chivilcoyanas deben ser "nuestro primer acuerdo comunitario”.

¡Por favor! ¡Basta de discutir sólo aumentos! ¡Discutamos qué fondos necesitamos para lograr qué desarrollo! En paralelo le exigiremos al gobierno inversión real y profesional para lograrlo. Pero las tasas no pueden ser "un trámite barato mientras sucumbimos al exorbitante precio de mercado de los combustibles, la TV, el celular, la comida inflacionada por Macri, etc.”

Las tasas tienen que implicar un esfuerzo importante de todos nosotros. Por supuesto que si hay familias que no pueden pagar porque no tienen ingresos suficientes, deberíamos como sociedad darles ese empleo para luego, obviamente, comprometerlos con el pago solidario de esos tributos.

Muchas veces los chivilcoyanos tenemos una visión esquizofrénica de lo que implica vivir en comunidad. Por un lado pretendemos Estados pujantes y presentes, y por otro, ninguneamos o directamente no pagamos nuestras tasas a pesar, por supuesto, de poder hacerlo económicamente.

Seguramente, es parte de nuestra frágil idiosincrasia. En los países más desarrollados y con verdaderos "Estados de Bienestar”, todo el mundo tributa el 50% de lo que gana. Punto.

Y el Estado está presente en todos lados y de abajo hacia arriba. No hay pobreza, no hay desocupación y no hay dolor social.

¿Hacia qué modelo queremos ir entonces?

 

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