Por Claudia Marengo

Entramadas, organizando nuestra rabia

martes, 18 de octubre de 2016 · 00:00

Sin duda, los medios hegemónicos de comunicación se han ocupado sistemáticamente de invisibilizar, durante 31 años, un hecho único, que no se da en otra parte del mundo, que nuclea a decenas de miles de mujeres con la consigna de encontrarse a visibilizar, debatir y tensionar para consensuar o no, todos los temas que nos importan y que tienen que ver con sostener los derechos conquistados a lo largo de todos estos años e ir por los que faltan. El Encuentro Nacional de Mujeres es un hecho social, político, popular, potente, heterogéneo, movilizante, transformador, organizado desde las bases y de manera horizontal con una precisión milimétrica. Rompe. Interpela. Dice lo que la sociedad no quiere escuchar. ¿Será por eso que molesta tanto?

Este año, más de 90 mil mujeres participamos, debatimos y arribamos a conclusiones en diferentes talleres enfocados en ejes diversos. Feminismos, activismos, educación sexual, aborto, políticas del cuerpo, violencias, entre otros temas. Setenta talleres colmados de mujeres que nos animamos a generar el debate, sentar posiciones, diseñar estrategias.

Todas fuimos parte, además, de una de las marchas más convocantes que se recuerden en la historia de los Encuentros Nacionales. Más de cuarenta cuadras de columnas de mujeres avanzando con canciones, cuerpos pintados, paredes con consignas urgentes y aerosoles con la convicción que es en la calle donde se dirimen y pulsean, a paso firme, los derechos que faltan.

Nos abrazamos, testimoniamos, reflexionamos, articulamos, denunciamos, gritamos a viva voz, nos emocionamos, nos sinceramos, reímos y lloramos juntas, enredadas en la diversidad. Trabajadoras, campesinas, originarias, docentes, estudiantes, jóvenes, no tan jóvenes, cis, trans, lesbianas, artistas, comunicadoras, educadoras populares. Muchas de ellas feministas, aunque no todas.

También hubo represión frente a la catedral. Corridas, balas de goma, gases lacrimógenos y patrulleros que circulaban amenazantes. Periodistas lastimadxs, católicos de ultra derecha vallando el lugar con cánticos ofensivos y cruces pintadas en sus frentes y los grandes medios construyendo sentido enfocados en ese único hecho. Empeñados en instalar cuán violentas somos las mujeres y la represión como respuesta necesaria para mantener el orden público. Una represión ilegal y premeditada.

Y volvimos a nuestras ciudades, nuestros barrios, nuestras casas, pregnadas de esa fuerza que nos da el compartir, el transitar un camino de luchas nunca fáciles, siempre buenas. Y el horror que nos encontró al regreso, que nos pegó como latigazos, potente arma de disciplinamiento, seis femicidios en 36 horas. Un dolor indescriptible y la certeza de que falta tanto. Y aquella sensación que quedó del Encuentro. El sabernos juntas, organizando otra vez nuestra rabia, entramadas. Y el grito unánime de una nueva convocatoria en todas las plazas de nuestro país, a pesar de los grandes medios. Todas paramos. Decimos basta de femicidios. Nuestros cuerpos son valiosos y son nuestros. Nos autoconvocamos este miércoles a las 19, en la plaza principal, #NosotrasParamos #NiUnaMenos #VivasNosQueremos.

 

PD:

13 horas: Convocamos a un cese de actividades en el lugar que trabajemos, teniendo en cuenta lo amplio del concepto trabajo. Paramos donde estemos: en la casa, en los centros de trabajo, escuelas, universidades, camas, dejamos de cuidar a los niñxs.

 

 

19 horas: Nos convocamos en la Plaza Principal (Monumento de los Fundadores), vestidas de negro. Las mujeres debemos llevar la batuta, nuestros compañeros pueden acompañarnos pero seremos nosotras quienes estemos a la cabeza del acto. Esta es una lucha de nosotras. Demostrémosle al país que el sistema se cae si nosotras paramos. Habrá micrófono abierto para todas las mujeres que quieran hacer oír su voz.

 

 

Claudia Marengo

Cooperativa de Comunicación El Hormiguero

 

 

 

 

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