Opinión

Jingles medievales

Por Diego Manusovich
domingo, 26 de julio de 2015 · 00:00

Cada vez más nuestra comunidad está politizada. Y eso está buenísimo. No hay que tenerle miedo a pensar, reflexionar y discutir sobre nuestro presente y nuestro futuro. Si hasta Mirta Legrand puede tildar a esta hermosa Democracia como una dictadura, quiere decir que nada ni nadie puede cercenar nuestros pensamientos. Tuvieron que morir 30.000 compatriotas y quebrar nuestra economía para valorar la potencia emancipadora de este sistema político tan singular. Del "que se vayan todos” de hace 14 años al "vamos por más con equidad, memoria y desarrollo” de ahora. Nada es casualidad y la suma de nuestras desdichas o felicidades son ni más ni menos que la suma de nuestras ideas y esclarecimientos. Si estamos sumergidos por una hiperinflación y los medios dominantes tumban un gobierno democrático, lo más probable es que confiemos en un falso mesías patilludo que viene a salvarnos milagrosamente del problema. Si no pensamos, si no debatimos ideas políticas es probable que elijamos un voto cuota o a un chupete inoperante para que sobrevuele en helicóptero por nuestro cielo de frustraciones.

Por eso necesitamos todavía más discusión política, ideológica y filosófica. Necesitamos involucrarnos más releyendo la historia argentina, aprendiendo de economía y comparando modelos socioculturales. Debemos aprender a comparar democracias conservadoras y clasistas con democracias populistas y populares. Debemos escuchar a pensadores nuevos que no representen al "establishment” económico que sólo quiere vendernos ideas regresivas que concentren el poder en los que más tienen. Debemos reemplazar las revistas pasatistas por libros o revistas de debate. Más debate, mucho más debate. Somos uno de los pocos países que reflotó su vida política y, en no más de 12 años, logró sanar el vínculo con su clase política y ahora le pide más. Más, más, mucho más.

No más jingles. No caras, no sonrisas, no fotitos pedorras. Más ideas, más reflexiones profundas para un pueblo que necesita mucho más de su Democracia. No nos subestimemos, no nivelemos para abajo. Necesitamos una clase política que nos ofrezca verdaderas opciones de desarrollo. Todavía hay trabajo informal, una convivencia vial escalofriante, un descuido medioambiental terrible, etc. Todavía tenemos muchos desafíos pendientes, todavía estamos en una fase primaria de crecimiento que promete convertirse en desarrollo social, educativo y cultural. Por ahora, somos millones comprando autos, motos, vacaciones y con 19 vacunas gratuitas en los hospitales y muchos derechos ganados. Pero todavía falta que este modelo sea cabalmente comprendido para poder defenderlo con uñas y dientes. Cada conquista debe contar con un andamiaje de sostén colectivo que lo cobije inalterablemente. Para eso necesitamos que nuestros candidatos políticos hablen, expliquen, muestren en profundidad cada una de sus propuestas políticas. Miren que loco que hasta Macri, en un arranque de oportunismo basado en las mediciones delas encuestas, eligió traicionar sus propios mandamientos con tal de atraer a un electorado popular que obviamente no comulga con un candidato que critique todo. Digo, hay que escarbar hasta el hueso en la estructura ideológica de cada candidato, hay que pedirles definiciones y propuestas concretas y profundas en cada uno delos temas de nuestra ciudadanía para desenmascarar esas travesuras de cambios intempestivos. Hasta tanto sancionemos una ley que obligue a los candidatos a explicar con un grado de profundidad tal que todos nos sintamos con herramientas para elegir seriamente, tenemos que confiar en su buena voluntad para honrar sus candidaturas. Sólo podemos pedirle amablemente a los candidatos de turno que se dignen a escribir con sus equipos ideas fundamentadas y propuestas reales y concretas para intentar convencernos racionalmente.

No con jingles subestimantes propios de un modelo medieval de hacer política.

Seguimos pensando.-

Comentarios