Por Leandro Crespi

Querido amigo...

domingo, 21 de junio de 2015 · 00:00

Cuando estabas reunido en la Quinta de Olivos y pasaban los minutos y las horas yo participaba de una reunión con dirigentes que no te conocen pero que aún así me informaban: tu compueblano va de candidato a gobernador, lo bajaron de precandidato a presidente. Yo simplemente atiné a preguntar los detalles y contesté que si algo te conozco: Florencio no va a aceptar esta actitud aunque el premio sea la gobernación de la provincia de Buenos Aires. La reunión continuó, me miraron con ironía.

Luego comprobé que algo conocemos al amigo, aún a la distancia. Y aunque hayamos militado en partidos diferentes sé que el afecto personal pasa por otro lado y cuando me enteré que el senador Ernesto Sanz, el jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires junto con muchos otros reconocieron tu dignidad ante el destrato me llenó de alegría. Porque considero que en los últimos treinta años has sido el chivilcoyano que llegó a las esferas de la política nacional y que con estos hechos has trascendido más allá de tu Partido en la consideración pública. Muchos podrán opinar que ahora vienen épocas de vacas flacas, no importa. Ante el momento crucial de llegar al máximo pedestal tu decisión fue digna. Por eso este reconocimiento y un abrazo a la distancia.

Quedaron Daniel Scioli, Mauricio Macri y todavía falta dirimir la interna entre Sergio Massa y José De la Sota. También, claro está participarán de las Paso Margarita Stolbizer, Jorge Altamira y algunos más. Pero los principales candidatos ya están. ¿Qué papel jugarán estas elecciones de agosto? La gente realmente quiere un cambio de gobierno, son estas alternativas las que prenderán el entusiasmo para que una mayoría se muestre cercana a algún candidato opositor. Yo, humildemente, creo que las Paso serán como las pruebas de clasificación en una carrera y que de ahí los sectores de la oposición elegirán o no a quien esté mejor posicionado. Y en este esquema creo que la diversidad argentina lleva a una gran diversidad de opciones electorales que juega a favor de Scioli y Zanini, el binomio de la presidenta.

Ambos, de ninguna manera, hubiesen llegado por sí solos a soñar con ser presidente y vice de nuestro País.

Uno con su actitud de nada pero con una enorme publicidad y marketing que pagamos los bonaerenses puede llegar; el segundo siendo un eficiente secretario puede llegar. ¿Serán leales cuando estén instalados en sus poltronas del poder? ¿Atenderán las directivas de la jefa del Frente para la Victoria? O manejarán la chequera para alinear políticamente a los soldados que ha sabido construir la democracia.

Esa democracia que como dijo algún día el presidente Raúl Alfonsín es imperfecta, incompleta y yo agregaría a esta altura: que deja mucho que desear para el proceso que se inició en 1983. Cuando las pintadas las hacían los militantes y cuando con Florencio nos cruzábamos repartiendo boletas electorales en el Barrio Obrero y todo se hacía a pulmón.

No existía la militancia paga ni las cifras multimillonarias que hoy manejan muchos dirigentes, que de dirigentes políticos tienen poco y nada.

Son gerentes de la cosa pública a la cual manejan con la displicencia de lo ajeno. Entonces instalan la idea de "para que cuidarlo si es ajeno".

Y así nos va a los argentinos. Un abrazo grande.

 

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