Opinión

Identidad

Por Diego Manusovich
domingo, 22 de marzo de 2015 · 00:02

Todos podemos ajustar nuestra identidad. Es algo natural que el brócoli, durante la infancia, te parezca una verdura indecente y apestosa. Es posible que el flan sea algo de viejos cuando sos adolescente y leer diarios una pérdida de tiempo.También pasa con hábitos como jugar a la escoba de quince, comer hígado de vaca, o reemplazar el azúcar por edulcorante.

Uno a lo largo de la vida va ajustando la lengua, el paladar y algunos hábitos cotidianos y eso hace que la razón de ser humanos aflore en toda su dimensión tornasolada.

Pero hay cosas más difíciles de cambiar... ¿Alguien es su sano juicio puede ser hincha de Boca y luego pasarse a River? ¿Alguien puede amar al Indio Solari y un día cambiarlo por Aldo y sus Pasteles Verdes? ¿Alguien puede reconocer los ideales y la gesta sanmartiniana y luego correrse al lado del miserable vendepatria de Rivadavia?

No. Pero sí. El peronismo fue Eva Perón y Juan Domingo Perón, pero también fue Isabelita y López Rega, Cámpora y Rucci, Menem y Cavallo. Néstor y Cristina. Parece ser que hay algo en la matriz genética que le da sentido al nacimiento de un ideario que luego el viento se lo lleva a las mierdas más recónditas. ¿Cuántas vueltas históricas dio el movimiento nacional y popular hasta unir a Evita con Cristina? ¿Cuántas desfiguraciones, laceraciones y desesperaciones ocurrieron en su historia para llegar a incubar, dentro de su propio vientre, a los monstruos de Menem y compañía?

Hay algo misterioso y raro en el devenir de los procesos históricos. Las concepciones, las identidades y las bases ideológicas de un partido pueden virar ciento ochenta grados si los vientos del momento y del lugar así lo imponen. Durante los primeros años de Democracia mi papá, y nosotros lo seguíamos, militaba en el Partido Intransigente. Pegábamos carteles, pintábamos paredes y escuchábamos extasiados al viejo Alende. Nos sentíamos la profunda revelación de las banderas de la izquierda que luchaba por la libertad y la justicia social. El PI llegó a ser tercera fuerza nacional y nosotros cantando cada vez más fuerte. Sin embargo, muchas malas decisiones políticas y desencantamientos llevaron al PI a ser una fuerza diezmada. Poco capital electoral les quedaba en el 89 y no tuvieron mejor idea que adherir al menemismo. ¿Al menemismo un partido de izquierda? Esa alianza duró sólo tres meses y se devoró la nada que quedaba en su interior. Creo que hoy sólo queda el comité nacional en Riobamba al 400 como una cáscara implosionada.

Hay cosas que es divertido cambiar... ¿viste que bien que suenan los One Direction en el estadio saltando con tus hijos? ¿y la cerveza negra Imperial Stout? ¡qué excelente jugador era Francéscoli a pesar que era de River! Pero no mucho más...

No creo que la alianza de la UCR con Macri sea un mojón más en su camino identitario de partido de centro izquierda. No veo en el presente de hoy una vinculación con el ardiente y transformador partido de Alem, Irigoyen y Alfonsín.

Veo uno de esos períodos que mañana serán la pesadilla de otra noche mal dormida.

Seguimos pensando.-

Comentarios