Opinión
Caso Nisman. Una opinión
Por Carlos DellepianePerón –cuya sabiduría está al alcance de la mano- enseñaba que la verdadera política era la política internacional. A la política interna la llamaba –benevolente- "la política de la comarca”. La consideraba algo así como una política de menor cuantía. Lamentablemente el caso Nisman ha sido atrapado por la política de la comarca. Por eso la confusión reina en tantas cabezas.
En general, la población intuye que Nisman fue asesinado. También lo piensa la Presidenta, según sus palabras.
Henri Bergson decía que la intuición es el resultado de información acumulada en el inconsciente. Claro que no todos tenemos las mismas cosas en el inconsciente, pero cuando tantos coinciden en una mirada determinada corresponde prestarle mucha atención al asunto.
Me adelanto a decir que estoy convencido que en nuestro país no existen grupos de inteligencia con capacidad de ejecutar un crimen y vestirlo de suicidio, en el particular contexto en que éste tuvo lugar.
En consecuencia, el atentado debe ser encuadrado en el conflicto árabe-israelí, uno de los más penosos, violentos y permanentes que se conocen. Para buscar autores materiales e intelectuales hay que mirar hacia fuera. La muerte de Nisman estaría respondiendo a la misma lógica de los ataques a la Embajada de Israel y a la AMIA. Por eso constituye un error quedar detenido en cuestiones de entrecasa.
Con solo repasar la lista de nombres para quienes Nisman había pedido captura internacional, nos damos cuenta a que se estaba exponiendo este hombre si continuaba hurgando en el asunto.
Argentina es un blanco desprotegido y altamente simbólico. Un verdadero "vientre blando” según la clásica definición de Lenin. El mensaje cifrado de esta muerte es "No sigan con esto”.
Carlos Dellepiane