Opinión

El cuarto domingo de noviembre

Por José Luis Callaci
lunes, 9 de noviembre de 2015 · 00:00


Los males de la democracia se curan con más democracia lo que implica, entre otras prácticas,el saber convencer en lugar de solovencer. En Salamanca, Miguel de Unamuno le respondió a un militar franquista, el mismo que había gritado "muera la Inteligencia", que vencer no es convencer. Derrotar al adversario o intentar aplastarlo carece de futuro. Se convierte envictoria pírrica si no va acompañadode actitudes que privilegienel respeto, la perseverancia, la mesura, latolerancia y la humildad.Sin que esto signifique dejar jamásde lado lafirmeza de nuestras convicciones y esapasión eilusión de que otros aceptenrazones,obras ylogros que apoyamos y consideramosimposibles de negar.

Las verdades que se defienden frente a losque dudano a los confundidos porla criminal obra de baterías mediáticas que intentan un día sí y otro también albergar odios enel corazón de los incautos; quemienten descaradamente, levantan infundios y agravios contra todo aquel que difiera de los sacrosantos postulados de un sistema neoliberal que solo tragedias le hantraído al país y a la gran mayoría de los argentinos, no admiten cansancios, treguas o excusas basadas en circunstanciales discrepancias, que siempre las habrán.

Noexiste en el mundo proyecto político que sea indefectible ni gobierno que sea en todo infalible.Lo que digan los que hablan de "cambios” para ganar votos no tiene importancia como si la tiene lo que sabemos que están dispuestos a hacer si lograran retornar a ser gobierno y poder sostenerseen esa bolsa de gatos.Eso es lo que cuenta para tomar unadecisión discernida de manera inteligente, que garantice la sana convivencia y un desarrollo con bienestar para las grandes mayorías, y desactive para siempre esa bomba social que estuvo una vez, antes del 2003, a punto de estallar.

Estamos una vez más los argentinos frente a una disyuntiva. Tal vez la más trascendente en los últimos años de nuestra historia democrática y republicana. O derribamos muros y tendemos puentes para convencer y no vencer o seremos presas una vez más de la idiotez. Respiremos profundamente y que nadie se ofenda. IDIOTA es una palabra fuerte, usada por tirios y troyanossobre todo en tiempos de descalificaciones y agravios en un aire nacional sumamente enrarecido.

La acepción que le daban los griegos, el país de la polis y la democracia,a IDIOTA era a todo aquél que no se interesabapor el bien de los demás y que cuando decidíaparticipar en lo público lo hacía en favor de sus mezquindades y codicias, apoyados por los oportunistas, los corruptos y los lame suelas de siempre.

La otra acepción de IDIOTAviene del latín yno se refiere a los ignorantes o mal informados que pueden dejar de serlo, sinoa los que les faltainteligencia en sus testas con cuatro dedos de frente. Los incapaces de distinguirentre un reguetón y la música de Vivaldi. Quedan pocos díaspara que el cuarto domingo de noviembre nos inclinemoslos argentinos por el sentido común y la sensatezo sucumbamos ante la idiotez en sus dos acepciones, la griega y la latina.

 

Comentarios

9/11/2015 | 13:08
#164795
Estimado José Luis, ahórrese el ridículo, mátese con toda tranquilidad, hágalo solamente por ser del FPV. No quiera convencer a quien no quiere ser convencido, porque hace el bobo.