Por Leandro Crespi

¿El último adiós?

domingo, 8 de noviembre de 2015 · 00:33

La presidenta de la Nación dio el discurso final antes del 22 de noviembre de 2015 cuando el País elegirá un nuevo presidente constitucional.

Recordó épocas tristes y lamentables, que ninguna persona bien nacida puede pretender a futuro. Que incluso ella y su difunto esposo dijeron en su momento que la crisis de 2001 y la caída del gobierno de De la Rúa habían sido favorecidas para el desastre final.

Estas palabras tienen una finalidad que es incentivar el miedo en la población al momento de votar: Sólo nosotros podemos gobernar.

Si alguno osa intentar otra vía para el gobierno de la Argentina tendrá que vérselas con el fantasma de la desestabilización.

Queda mucha mano de obra desocupada: Aníbal Fernández encabeza esa lista y lo acompañarán seguramente los muchachos de la Cámpora.

El País iniciará otra época. Se siente en la calle. La gente de a pie está esperando otra dirigencia que entusiasme con nuevas ideas. Que deje de lado la confrontación. Esa lamentable herramienta que ha dejado a familias enteras y grupos de amigos separados por discusiones que esquivan el eje de las cuestiones nacionales de verdad.

Florencio Randazzo, para algunos, ha dejado de ser el funcionario ejemplar con una gestión positiva como en el caso de los DNI, pasaportes y la reconstrucción de los ferrocarriles. Su sola voz criticando la gestión provincial de Daniel Scioli lo ha puesto en una situación inédita para la política futura. Algunos lo vislumbran en la reconstrucción del Partido Justicialista y otros no tan cercanos lo imaginan en el barco de Mauricio Macri.

El ex candidato a diputado provincial Nicolás Barbier rompió lanzas al asegurar que Randazzo vino a hacer la revolución en los trenes y terminó siendo un empleado devaluado de Emilio Monzó.

Julio de Vido dijo que los traidores son como las moscas: sólo sirven para transformar la bosta y las pudriciones.

Randazzo simplemente había dicho que la presidenta ha decidido que el candidato sea Daniel Scioli y los resultados están a la vista.

Mi hija mayor está trabajando en un jardín de infantes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y le pregunté si sabía como habían votado los padres de los chicos, si había hablado con alguno. Me dijo que no había hablado con ninguno pero de 20 alumnos los padres habían votado 17 a Macri y 3 a Scioli. Ante mi sorpresa le repregunté: ¿Pero si no hablaste cómo tenés el número tan exacto? Los nenes papi son los que me informan de todo lo que dicen sus padres y madres. Es más, uno dijo que Cristina es muy mala con su candidato.

 

Comentarios

13/11/2015 | 16:51
#164795
La educación empieza por el hogar, muy buena reflexión.