Por Fernando Poggio

Los interrogantes que generan certezas

miércoles, 28 de enero de 2015 · 00:00

La muerte del fiscal Nisman está rodeada de interrogantes, que a la vez establecen certezas. Su gravísima denuncia contra el gobierno nacional, acusando directamente a la Presidenta de la Nación de intentar encubrir a los responsables de la voladura de la AMIA, generó un verdadero escándalo de inconmensurable impacto político y judicial.

A poco de andar, dichas imputaciones se fueron deshilachando. Basadas en escuchas de dudoso origen legal, según declaraciones del propio juez de la causa, Canicoba Corral, Nisman afirmó que el gobierno pergeñó un plan para dar cobertura e impunidad a los acusados iraníes, a través del Tratado de Entendimiento que firmara con Teherán, con el objetivo de que se "caigan” las alertas rojas que la Interpol aún mantiene vigentes y además, poder comercializar petróleo y granos.

Ambas acusaciones quedaron contundentemente desmentidas por la realidad. El propio ex jefe de Interpol aclaró que el gobierno nunca solicitó que se caigan dichas alertas, que implica el pedido de captura internacional de los acusados y el comercio entre ambos países se redujo en el período posterior a la aprobación de dicho acuerdo.

Pero Nisman aseguró que había escuchas que sustentaban tremenda acusación. La primera gran desmentida a dicha afirmación llegó de la mano de la jueza Servini de Cubría, que no habilitó la apertura de la feria para tratar el caso debido a la inconsistencia de las pruebas presentadas por el fiscal. Lo que se puede definir como mucho ruido y pocas nueces.

Lo dramático llegó después. La muerte del fiscal en la noche previa a su presentación en el Congreso, al que asistiría a una reunión a puertas cerradas con la oposición. Inmediatamente el oficialismo anunció que concurriría a ese encuentro solicitando además que sea público todo lo que allí se expusiera para que todos los argentinos pudiéramos saber cuán graves y cuáles eran las pruebas de las acusaciones. Al igual que las supuestas intenciones de encubrimiento y comercialización, desmentidas previamente, el gobierno tuvo otra extraña forma de "esconder” las pruebas en su contra.

La muerte del fiscal se encuentra en plena etapa de investigación, por lo tanto, conjeturar sobre sus causas sería entrar en el mismo terreno de aquellos que intentan establecer "verdades” para sustentar sus posiciones a favor o en contra del gobierno. Pero el hecho en sí, lleno de interrogantes que la Justicia deberá ir respondiendo, brinda certezas respecto a los poderes que aún siguen en pugna en la Argentina, los cuales no son solo nacionales.

Es reiterativo decir que el país ha sido condicionado, expoliado y arrasado por los sectores más concentrados de la economía a nivel local y mundial. Pero pocas veces en la historia han sido confrontados, con sus más y con sus menos, como en los últimos 12 años por un poder político surgido desde el seno mismo de la sociedad, legitimado por los votos y el responsable compromiso con la Democracia de la ciudadanía, que puso en su lugar a cada uno, oficialismo y oposición.

Esa pugna se ha manifestado en reiteradas oportunidades, en diversos escenarios y distintos contendientes. La Resolución 125, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la recuperación de los fondos de los trabajadores, la democratización de la Justicia y últimamente, la remoción de siniestros personajes enquistados en los servicios de inteligencia, que han atravesado en las sombras diversos gobiernos y actuado por fuera de los canales democráticos.

Una vez más, el gobierno actuó en consecuencia, al igual que lo hiciera en la causa AMIA apenas arribara a la Presidencia Néstor Kirchner desclasificando los archivos del caso y ayudando a derrumbar el muro de mentiras y encubrimientos de una investigación que solo buscó ocultar la verdad, siendo además el responsable político de que "los perejiles”, como el ahora diputado massista Guillermo Britos definiera con razón, quedaran desvinculados y que aquellos que cometieron delitos para desviar la causa fueran procesados y, en pocos meses más, juzgados. El pasado lunes por la noche, Cristina Fernández de Kirchner, decidió avanzar en la desactivación de la ex Side para crear un nuevo organismo más democrático y controlado por los poderes del Estado y no al revés, convocando al Congreso para que lo debata y lo apruebe.

No se sabe aún qué ocurrió en el departamento del fiscal Nisman en Puerto Madero pero sí quedó claro de dónde provinieron las "contundentes” pruebas del "escandaloso encubrimiento a Irán”. No se sabe quién apretó el gatillo, ni se sabe qué impulso al funcionario a cargo de investigar el atentado a la AMIA a presentar una denuncia tan floja de papeles, pero se sabe cuál fue el sentido político.

Quienes hablan impunemente de la impunidad del gobierno, desde las usinas mediáticas que controlan, solo buscan que siga existiendo esa impunidad para manejar el país de acuerdo a sus intereses, sin intromisión del poder popular y no dudan en utilizar todas las "herramientas” que tengan a su alcance para que así prosiga. La verdad no puede aparecer porque la verdad está ahí. Por lo menos, son las certezas que nos dan los interrogantes.

Comentarios

28/1/2015 | 12:27
#164795
Buena mirada de la realidad que envuelve a este caso Fernando . Veo en esto una nueva oportunidad para que vaya cambiando de a poco, como en las otras oprtuniades que describiste en el articulo que ya sucedieron . Coincido y tengo confianza de que esto ayude a desenmascarar estas operaciones crónicas que dañan el interés común de nuestra patria