Querido Papá Noel:
Por leandro CrespiQuerido Papá Noel:
Sé que han pasado muchos años desde que te escribí la última carta. También muchos que lo que vivo en mi país lo siento como ajeno. Me gustó que se fuera Moreno de la Secretaría de Comercio y también que Ricardo Jaime fuese procesado pero el precio fue alto. Hoy el ministro Kiciloff discute con quien diga que la inflación es del 40% anual y a mí me importa poco esa diatriba porque hasta el propio ministro dice que es del 24%. Y sé que este nivel es anormal como el país que estamos viviendo cuando todo el mundo no tiene inflación. Ycuerdo los días que los chicos no tuvieron clases y me aterra. Hablo con Yanila Cofré –docente con 20 años de antigüedad- y me dice que el gobernador Scioli quiere este nivel de mediocridad en la enseñanza porque les permite obtener personas que no piensen. O que no estén formadas. Y ahí mi amigo el Pato salta y dice: la ignorancia no se combate. Y yo recuerdo que mi primo Juancho llegó a presidente de Philips yendo a la escuela pública y a la universidad estatal. Y que hoy el 50% de los chicos no terminan el secundario. Son muchas sensaciones feas. Llevo 10 años de gobierno menemista con dos años del presidente De la Rúa y voy por el año 12 de los remozados peronistas que hoy se hacen llamar kirchneristas.
Y veo que no les importa dialogar, ni acordar políticas de estado en un país que deberíamos construir entre todos. Porque: ¿Es de todos, o en realidad le pertenece a algunos? O por ganar las elecciones ese solo grupo político tiene derecho sobre la vida y la muerte de las personas. ¿Será que Julito se queja mucho de la inseguridad y por eso no llego a comprender bien este modelo?
No me siento antiperonista, es más algunos muchos peronistas dicen que esto no es peronismo. Y agrego: muchos que fueron menemistas fanáticos no sólo hoy no se acuerdan sino que son los primeros de la fila en la vereda kirchnerista.
Tengo varios parientes médicos y en esta semana en la que se conmemoró su día uno de ellos me contó este cuentito:
Una señora con su hijito está comiendo
en un restaurante.En un descuido el chico
se mete una moneda en la boca. La madre intenta hacerle escupir la moneda sin
éxito.
El chico ya comienza a dar muestras de asfixia y la madre desesperada comienza
a gritar pidiendo auxilio.
Un señor se levanta de una mesa cercana, y
con pasmosa tranquilidad, le baja los pantalones a la criatura, toma sus
pequeños testículos, los aprieta con fuerza, y tira hacia abajoviolentamente.
Automáticamente el niño escupe la moneda, y el señor, con la misma pasmosa
tranquilidad con la que se acercó, regresa a su mesa sin decir palabra.
Al rato, la señora, ya tranquilizada, se acerca para agradecerle que haya
salvado la vida a su hijo, y le pregunta:
- ¿Usted es médico?- No señora,soy inspector de la Afip,por lo tanto experto en
apretarle los huevos a la gente y sacarles hasta la última moneda.
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