Adentro y afuera

Por el Lic. Diego Manusovich
lunes, 17 de noviembre de 2014 · 13:03

Ya todos tenemos alguna idea acerca de nuestras vacaciones. Muchos días, pocos días, a la montaña, a la playa, a la casa de un familiar con pelopincho. En avión, lejos; en micro, más cerca. Con hijos, sin hijos con auto, moto o casa rodante…. el tema es salir y cargar las pilas como se pueda.

Luego de un año de mucho trabajo vemos acercarse estrepitosamente el final del calendario. Estamos en paz, cada uno de nosotros hace algún deporte o actividad física, algo recreativo o cultural, frecuenta amigos y tiene medianamente cubierta su cuota de alimentos y bienestar cotidiano.

Qué quiero decir… cada vez que uno mira o lee lo que acontece en otros pueblos del mundo no puede dejar de valorar nuestra vida cotidiana. Hay pueblos enteros con escasez de agua, de alimentos, con tierras reacias para el cultivo. Tiranos o dictaduras en sus gobiernos, odios étnicos, guerrillas, cárteles o sicarios. Países enteros tomados por inescrupulosos empresarios avaros o políticos vendidos al culto de lo ilegal. Conocer el mundo, leer o mirar los noticieros internacionales ayuda a valorar nuestras conquistas. Es muy probable, sin embargo, que los medios de comunicación concentrados de nuestro país no quieran mostrarnos esa crudeza externa, pues tratan todo el tiempo de socavar nuestras conquistas y no es bueno que nos sintamos a gusto comparándonos con el afuera.

Como sea, no quiero dejar de compartir esta sensación colectiva. Hace sólo 11 o 12 años todos estábamos temerosos por quedarnos sin trabajo, todos teníamos una angustia terrible por la cantidad de amigos y familiares que se quedaban varados y con un futuro incierto. Usábamos la ropa que podíamos, teníamos autos viejos o andábamos en bicicletas deterioradas. Íbamos a lugares de trueque con nuestros Patacones o nuestros Lecop y todos sentíamos que este bendito país era irrecuperable de tantos políticos mediocres rendidos a los poderes corporativos.

¿Quéres darte una vuelta por esa ciudad de hace una década? ¿Te acordás cómo estábamos en el 2001? ¿Te acordás qué pocos negocios, qué pocos autos, qué pocas vacaciones, TV o aires acondicionados habían? ¿Te acordás la angustia, el temor y el hastío que teníamos los mayores y le transmitíamos a nuestros hijos?

Paz, pan, trabajo. Paritarias libres. Propuestas culturales todos los fines de semana y algunos días de semana también. Estudios de danza en todos los barrios, planes, futuro, sonrisas. El parque industrial lleno de fábricas y sueños productivos.

Otro mundo. Otro mundo en sólo 12 o 13 años. Nuevas leyes que protegen más nuestro esfuerzo colectivo y nuestras soberanías de todo tipo. Sabemos que falta. Falta más desarrollo, más industrias, más conocimiento aplicado. Más acceso a la cultura y más cultivo de valores en los más vulnerables y en los menos vulnerables también. La principal corrupción de nuestro país está en los ciudadanos, comerciantes e industriales que por ejemplo, no pagamos o verseamos nuestras contribuciones impositivas.

A muchos les conviene decir que es el Estado el principal problema de corrupción para tapar y disimular la evasión permanente de sus obligaciones impositivas. Más de la mitad de los comercios chivilcoyanos, por cierto, ni siquiera entregan factura y no tiene tarjeta de débito o crédito porque sus compras son en negro. Pero el problema dicen está en el Estado… jajaja

Por eso, creo que es vital mirar cómo estábamos y cómo estamos ahora. Mirar para afuera, mirar para adentro. Para afuera informándonos cómo están viviendo otros humanos en nuestro planeta y para adentro valorando nuestros logros.

Aún tenemos muchas cosas pendientes pero no tenemos que ser hipócritas. Si alguien está todo el tiempo hablando de la corrupción Estatal ajena, debe tener sus escabrosos entuertos privados.

Seguimos pensando.-

 

Comentarios