Juntos y en paz

domingo, 26 de octubre de 2014 · 00:00

Por Diego Manusovich

 

Ahhh, qué hermosos festejos por el 160 aniversario!!!!

Ahhh, qué maravillosos días pasamos juntos festejando nuestro cumpleaños!!!

Ahhhh, qué lindos y coloridos cada uno de sus actos!!!

El momento más extasiante fue cuando estaba en La Perla sentado con mi esposa y una amiga esperando ver a mi hija en el escenario. Sentí que estábamos en un momento y un lugar histórico privilegiados. Mis sobrinitas corrían por ahí con la desmesura de la primer infancia y sin ningún temor apocalíptico por la inseguridad. Todos estábamos disfrutando la noche templada sin la locura de estar en guerra o temer un hecho de violencia. Veíamos un escenario repleto de diversidades, novedades y libertades que hablaban a las claras de un tiempo alegre para nuestro pueblo tan sufrido.

A los que nos gusta mirar para atrás y ver la historia, festejar con alegría, paz y arte es un homenaje a todas nuestras luchas y conquistas. Viene el tango, se va el carnavalito, vino la zamba y luego el circo; después vimos al payaso y también a esa joven con una voz de jazz inolvidable.

Cada cual se plantó y dio su testimonio con generosidad y bonhomía. Y nosotros, disfrutando de una ciudad y un tiempo histórico casi irreal luego de tantos tropiezos. Cada uno de nosotros tiene en su piel las escaras de los gobiernos militares, de las destrucciones de la economía, de la venta a precio vil de nuestras empresas públicas, de la corte adicta con los jueces amigos del menemato. Todos los que pasamos los 45 llevamos en la piel las costras de esas quemazones infames. Militamos, lloramos, gritamos y pataleamos pero al final logramos un tiempo en donde pudimos tener trabajo, una revancha para nuestra industria y la sensación de que estudiar sí puede darnos chances de un mejor futuro.

¿Vos sabés cuánto vale eso? ¿Vos tenés idea de lo que hicimos todos juntos en estos últimos años de Democracia? ¿Vos te acordás cómo estábamos con el pobre Intendente Ferzola cuando el aparato productivo estaba destruido y los ánimos por el piso? ¿Cuánto vale, amado lector y cómplice amigo, que unos cuántos de nosotros sienta orgullo por su identidad comunitaria? ¿Cuánto vale la reintegración social y estar todos juntos felices en un mismo espacio público y disfrutando de nuestro arte colectivo chivilcoyano?

Nos quedan mil y un desafíos por delante como comunidad, pero nadie nos puede quitar lo bailao.

Ahhhhh…

Seguimos pensando.-

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