Lisandro Aristimuño, un artista necesario

martes, 21 de octubre de 2014 · 00:35

Por Claudia Marengo

Encontrarse con la música de Lisandro Aristimuño es imprescindible. Descubrirlo y sorprenderse con cada sonido, con cada nota, con cada clima generado, pensado milimétricamente y sensiblemente, es transformador.

Zambullirse en ese mundo de canciones magistralmente arregladas e interpretadas, que tienen la capacidad de atravesar a un público que se entrega, sin chistar, a la posibilidad de vivir sensaciones que van desde la melancolía a la pasión, desde la profundidad del dolor hasta el trance del amor, es sublime.

Arriba del escenario Lisandro Aristimuño tiene una potencia enorme, desde esa imagen frágil, casi tímida, su guitarra y la versatilidad de su voz lo describen, mientras baila sin poses, sin estereotipos rockeros, mientras canta "es todo lo que tengo, es todo lo que hay”, dejando claro donde está parado y cuál es su concepción del arte y de la música.

Aristimuño desarrolla mundos propios, en los que mezcla melodías claras, con notas pesadas, oscuras hasta lúgubres sin perder la ternura, con una poesía que se puede ver, oler, tocar. Engama sonidos de la tierra, con los del viento. Utiliza instrumentos acústicos y otras herramientas que transportan a mundos más electrónicos llevando al público justo donde quiere...

Los excelentes músicos que lo acompañan son el complemento necesario para que el encuentro con la gente sea glorioso y el mensaje musical atraviese a cada espectador como una flecha, con la contundencia de lo verdadero.

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