Al no tener ningún tipo de respuestas convocó a LA RAZON
Un vecino de 82 años reclama por ruidos molestos
Vive desde hace 51 años en la Av. Bernardo de Irigoyen N° 427. "A veces tengo que dormir en el taller de costura, porque en el dormitorio es imposible", dijo Juan Miguel Campo.Juan Miguel Campo tiene 82 años y vive desde hace 51 en la Avenida Bernardo de Irigoyen N 427. El viernes último convocó a los periodistas de LA RAZON para dar a conocer un problema que viene sufriendo junto a su hija desde hace unos meses, y es el volumen excesivamente alto de un gimnasio ubicado frente a su domicilio, por lo que le sería imposible conciliar el sueño. Pidió respuestas al municipio y no se la habrían dado.
"Hace un tiempo
se instaló frente a mi casa un gimnasio y a partir de entonces es imposible
vivir, debido a la música que está muy alta, has las paredes vibran. Me levanto
muy temprano con mi hija para trabajar y necesitamos un descanso”.
"Me acerqué a
dialogar con la propietaria del local y me dijo que tenía la habilitación
municipal. Mi hija llamó al municipio y le dijeron que hay un volumen permitido
para estas clases de locales. Le pidieron que haga el reclamo a través de la
página web de la Municipalidad, pero no tuvimos ningún tipo de respuesta” dijo
y agregó que "en un momento pasaron los efectivos de la Policía Local y
comprobaron el volumen de la música”.
Campo, agregó que
"estoy atravesando una gripe y en vez de estar descansando en mi dormitorio lo
hago sentado en el taller de costura. Nadie me escucha como ciudadano. El
pasado 20 de junio, que fue feriado la
música estaba a todo volumen, la tenía dentro de los dormitorios”.
El vecino sostuvo
que "antiguamente el local era una cochera y desde que vino este gimnasio el
barrio cambio. El más afectado soy yo porque está frente de mi casa. No quiero
pensar cuando lleguen los meses de verano”.
"Acudí al diario
porque no encuentro respuestas para solucionar este problema que lo padezco de
lunes a lunes incluyendo los feriados. No hay que prohibir el trabajo a nadie,
pero necesito que la Municipalidad controle el volumen de la música y los
horarios, porque hay momentos en que el barrio quiere descansar”, concluyó.