Opinión

La política y la traición

Por Guillermo R. Pinotti
domingo, 14 de febrero de 2016 · 00:26

En tiempos que se trata de resaltar la importancia de la honestidad, los valores, el respeto y sentido de la palabra; nos toca en oportunidades recibir golpes difíciles de tolerar. Sobre todo cuando en la esfera de lo político pretendemos caminar sobre tierra firme y la realidad nos demuestra una geografía plagada de arenas movedizas. En ese terreno se desliza la figura de los traidores. Una figura nefasta porque quien traiciona, ganó primero la confianza de una persona o grupo. Fingió fidelidad, lealtad, compromiso, sinceridad. Y en el espectro de lo público, una promesa al pueblo que delegó su confianza en él. Dice la Lic. Laura María Ventura que "el traidor es aquél que no respeta un pacto establecido; sea éste personal, institucional, corporativo o político. El traidor supone que puede pasar ciertos límites y que -a modo de citar un ejemplo-, habiendo sido electo por una agrupación, se pasa a otra agrupación, con la presunción de ambicionar, beneficiarse y ampararse con los privilegios otorgados por la otra agrupación.” De este modo, el traidor, degrada con su deslealtad, el pacto establecido y a las personas que confiaron en él. Acostumbrados en los pueblos del interior a ver casos como estos por televisión y radio en ardientes debates en altos niveles de la política nacional, para quienes vivimos en una ciudad como Chivilcoy - donde uno cree en aquella frase de nuestros abuelos y padres, "aquí nos conocemos todos”; el impacto de la traición puede tomar una dimensión aún más amarga. Amarga por la acción del traidor usando a unos para llegar a otros, y por quien cobija para sacar ventaja inescrupulosa teniendo como herramienta la mentira y el engaño. La historia del mundo y las luchas por el poder nos muestran infinidad de hechos de deslealtad y traición. Pero debe quedar en claro el terrible significado de ser traidor, significa entregar, dar a otro lo que se le ha confiado. Esto lo diferencia de un opositor, porque éste se muestra ideológicamente sincero en su postura desde el comienzo. Por eso la actitud del traidor resulta denigrante. El proceder de un traidor puede tener muchos modos individuales, pero lo sintetiza en hacer lo contrario a lo que era esperado y a lo que se había prometido. Comprometerse ante sus compañeros en proyectos y dejarlos luego en la nada. Dante Alighieri ubica a los traidores en el último círculo del infierno porque consideraba a la traición como el peor pecado de todos. El motivo es que, a diferencia de otro tipo de transgresión, para traicionar primero hay que ganarse la confianza y el afecto de sus pares y compañeros. También agrava este comportamiento cuando la premeditación de la traición que nace desde el inicio de una responsabilidad delegada en democracia, no habiendo prácticamente desarrollo alguno de tal función conferida, ni argumento ideológico distinto divulgado y dado a conocer entre sus pares. La literatura religiosa, entre tantos ejemplos históricos, nos muestra el caso de la traición de Judas: en el Evangelio según San Mateo: "Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes, y les dijo: ¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré? Ellos le asignaron treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle. Esperamos un futuro donde jurar por Dios, por la Patria y los Santos Evangelios, haga que quienes incumplen - Dios, y la Patria se lo demanden.

 

Guillermo R. Pinotti

 

Comentarios

15/2/2016 | 08:49
#164795
Aplaudieron a Borocotó y ahora se agarran la cabeza porque los traicionan a ustedes??????? Parece que todavía no saben lo que es el Peronismo...