Frutos de la tierra de y para el Hogar Lauhirat

Al respecto, el presidente del Hogar, Hugo Costanzo, nos decía que: "Cuando la tierra es explotable, virtuosa, rica y geográficamente ubicada en el ejido urbano, debe cumplir una función social, por lo que su explotación debe transpolar la conveniencia a la comunidad; sobre todo si su propiedad pertenece a una Institución sin fines de lucro.

Es una necedad desde el punto de vista social y de buen vecino fumigarla con glifosato y sembrarle soja como se venía haciendo en estas 5 Has del predio del Hogar de Ancianos.

El imperativo de cumplir una función social y ajustar su explotación "a la conveniencia de la comunidad" es, a todas luces, una clara limitación al ejercicio salvaje del libertinaje de explotación sin miramientos a quien perjudicamos, esto sin dejar de respetar el derecho a la propiedad privada fundamentalmente.

Gracias a Dios, el destino nos puso en nuestro camino, quizás viniendo a cumplir la misión que hicieron nuestros abuelos inmigrantes de Italia y España, a los integrantes de esta comunidad boliviana que se acercó al Hogar pidiendo trabajo, acostumbrados al contacto con la Madre Tierra que moldea, transforma, educa y transmite felicidad a los seres humanos, ellos son los "Chapacos" así se les llama al ciudadano campesino tarijeño. El chapaco es dicharachero y extrovertido, lo que corrobora el significado de la palabra en su lengua de origen, el quechua, "vigía, ayudante del visitante, dispuesto al servicio de los demás". Actualmente, todo habitante tarijeño se considera chapaco. Vienen de la campiña del Departamento de Tarija, Bolivia, región que es famosa en todo el mundo por la producción de vid, exquisitos vinos de altura y delicioso singani (aguardiente), por lo que son una cultura formada por una de las actividades más dignas que tiene el ser humano: trabajar, producir y extraer los frutos de la tierra.

Nos enorgullece mostrar la realidad de nuestro esfuerzo.. ¡color belleza y proteínas verdes logradas en el hogar!"