Odisea para renovar el documento

A raíz de la repitente medida obligatoria y controvertida dispuesta por el Gobierno Nacional para renovar el Documento Nacional de Identidad, pude constatar el día 20 del corriente, en la Delegación local del Registro de las Personas, una larga cola de vecinos, en una situación de muy perezosa como fastidiosa espera para ser atendidos en su trámite documentario obligado y con previo pago de un arancel de $35; lo cual, al menos, se debió ofrecer un trato más accesible, sin ocasionarle una tortuosa molestia al ciudadano que debió desatender sus propias obligaciones laborales, domésticas, escolares, etc..Al averiguar la razón de la lentitud en la atención al público descubro que solo había una empleada y máquina, pues la segunda no funcionaba por falta de mantenimiento. Una falta absoluta de respeto y de previsibilidad operativa, pues las autoridades correspondientes debieron tener una mayor responsabilidad para evitar el desborde del público, cuando se los compulsa a cumplir una carga pública y acude a resolverla, instalando más bocas de atención. Fuera de esta descripción anómala, quedan los agentes del Registro que evidentemente no alcanzaban para la atención y menos en condiciones de deficiencia de elementos técnicos de última generación, a pesar del gran alarde del Gobierno Nacional celebrando las conquistas satelitales, cuando en este piso terráqueo, aún desandamos caminos con carretas y bueyes. Se debe administrar el Estado con la mente y pie consagrados a la realidad. Por Luis Angel Desia (ex- Concejal Municipal M.I.).