Una Liga que quema

Quienes llevamos unos cuantos años en el fútbol de la ciudad, sabemos que hubo a lo largo de la historia, momentos críticos,.aquellos en los que los enfrentamientos de la cancha, trascendieron las barreras del juego, para ser tratados con un alto grado de virulencia, en el seno de la mesa central. La última etapa de Rubén Ambrogetti, cuando se derrumbó su sueño del gran estadio de la Ruta 30, tras el inoportuno quiebre del Banco Hipotecario, cuando la gente comenzó a reclamar los departamentos de las torres y las casas del Barrio Federación; aquel enfrentamiento crítico entre Deportivo Colón y Atlético Independiente por lel fichaje de flavio Rey, el magnífico jugador de Bolívar,  con un peritaje a nivel del Consejo Federal del Fútbol Argentino; las incidencias de clásicos entre Colón y Varela, el duro acontecimiento en la final de Colón y Alsina, los reclamos de los árbitros, las acciones del Tribunal de Penas, para recordar rápido Alsina-Villarino y un fallo que llegó al Consejo Federal del Fútbol Argentino, la suspensión de tres años a los jugadores de Florencio Varela, luego de un clásico y la defensa de la dirigencia en dura reunión, los puntos quitados a Florencio Varela en 2010 con repetición en el 2016, son ya recuerdo, pero este duro enfrentamiento entre Deportivo Colón y Florencio Varela, va trascendiendo los carriles normales, la virulencia     dirigencial, las discusiones en la mesa, el reclamo casi permanente al presidente que está próximo a dejar su cargo luego de diez años al frente de la entidad madre del fútbol local, pintan por estos tiempos un panorama bastante incierto en el futuro a corto plazo.

La elección de un nuevo presidente, podrá clamar las aguas o por otro lado le echará más leña al fuego. La pelota sigue picando, intacta, tratemos de no mancharla, porque ella nos divierte y no merece maltrato.